8-JUNIO-10
- Por: Ing. Elesban Solano Trujillo
En estos momentos se vive una euforia por el deporte de las patadas o sea el Futbol, a nadie se le ocurriría negar el gran auge que vive este deporte en todo el mundo, aquí en México este deporte ha tenido mucha aceptación y en este momento que está próximo el Campeonato del Mundo, más todavía, sin embargo a todo buen taurino le debe interesar delimitar el merito propio de estos dos espectáculos; el Futbol como deporte y las Corridas de Toros, como algo único, diferente, grandioso, solemne y hasta religioso.
En muchos sectores de la población se cree que el Futbol ha restado prestigio y afición a la Fiesta Brava y en parte hay cierta razón y digo solo en cierta razón, porque el Futbol es un producto de la época que estamos viviendo, con un apoyo amplio y descarado de los medios de difusión, es un producto mediático, al que se le ha apoyado en forma un tanto exagerada, repito, es un producto típico de la mentalidad del tiempo que estamos viviendo, en contraste con la Fiesta Brava que casi está vedada a los lectores de periódicos deportivos, a la radio y a la televisión en canales abiertos.
Ya se fueron los tiempos en los que se veía aquella vieja imagen callejera de los niños jugando “Al Toro”, ahora juegan al futbol, porque el Futbol es eso, un juego y saben que “Al Toro” ¡No se puede jugar!
Al niño de hoy no le gustan los simulacros , saben que jugar con un Toro de carretilla es falso y querer torear a un amiguito que trata de embestir como un “San Mateo” es también una mentira, por eso ya no se juega “Al Toro” y en cambio si se juega con entusiasmo al Futbol, dribla, pasa, y chuta de igual manera que sus ídolos futboleros que lo hacen en un estadio verdadero y aunque no tengan un balón profesional, les basta con dar patadas a una pelota cualquiera, ya sea de hule, de papel o un simple bote para sentirse un autentico futbolista.
Por lo que no nos debe extrañar que el gran auge futbolístico de nuestros días es debido a que hay o debe haber una rivalidad regional o nacional de los equipos, un partido donde no se ponga en juego el amor a la país o de una región, no interesa a nadie y resulta monótono y triste.
En la Fiesta Brava, específicamente en el Toreo en cambio, no caben tratamientos extraños que lo reanimen como en el juego, no caben regularmente los intereses regionalistas y patrioteros, ni las apuestas, ni los árbitros que condicionan las faltas y los fuera de lugar, porque….. El Toro no sabe de estas cosas.
En el Toreo el “Fuera de Lugar” se paga siempre con una cornada, porque “El Toreo” es eso… … Un círculo luminoso donde la inteligencia “Juega” con la muerte y no se permiten los errores por pequeños que estos sean…..
Por lo tanto, creo que el Futbol a su manera, seguirá apasionando a las multitudes como lo podemos constatar ahora que se aproxima “La Copa del Mundo” en Sudáfrica, como juego que es vitaliza al niño que todos los hombres llevamos dentro.
Por lo tanto la “Fiesta Brava” seguirá conservando su fervor, su fe y su trágica grandeza sin mistificaciones, ni componendas y seguirá manteniendo su prestigio, su solemnidad, su majestuosidad, su mística y su religiosidad. Porque la Fiesta Brava es una manifestación de Arte.
“EL TOREO ES LA DESTREZA Y EL VALOR, CONVERTIDOS EN ARTE”
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