EDUARDO LICEAGA
- por Héctor Budar.
Eduardo Liceaga Macial nombre completo de este desafortunado matador de novillos, miembro de una familia de buenos toreros como lo fueron su hermano mayor Mauro, quien fue matador de toros por poco tiempo para formar parte después de la cuadrilla de su hermano David, quien se distinguió como matador de toros de primera línea, siendo los dos notables banderilleros.
No es raro pues que con estos antecedentes, el menor de los Liceaga tomara como profesión la tauromaquia, con los mejores augurios para convertirse en una futura notable figura del toreo, por su personalidad, clase, valor y buen estilo, como hizo pensar a los enterados desde su presentación en el toreo, el 6 de agosto de 1944, donde cayó de pie con el corte de orejas, después de cubrir los tres tercios con elegancia y matar con excelente técnica al consumar el volapié, a los astados de Rancho Seco, con salida a hombros. Sus alternantes fueron Nacho Pérez (hermano de Silverio) y Tacho Campos.
Terminó su temporada el domingo 5 de noviembre, después de ocho actuaciones triunfales con la conquista de la OREJA DE PLATA por una faena premiada con oreja y rabo y la consabida salida a hombros.
El 12 de diciembre, como un hecho sin precedentes en la historia de la novillería, se encerró con 6 novillos, antes de viajar con la espuerta cargada de éxitos en la capital y plazas de los estados, hacia a España, para presentarse en Madrid el 26 de agosto de 1945, para estoquear ganado de Garro y Díaz Guerra con Rafael Llorente y Andaluz Chico de alternantes, alcanzando un importante triunfo con el corte de una oreja para situarse en un magnífico lugar entre los novilleros, con un buen número de contratos que incluían las mejores plazas que cumplió con éxito.
Se quedó a invernar en la península y en abril inició su triunfal campaña y el 18 de agosto de 1946, toreando en San Roque, Cádiz, el novillo “Jaranero” de la ganadería de Concha y Sierra, lo cogió al torearlo de muleta y le produjo una herida gravísima en la región glútea derecha que le destrozó el intestino grueso y otras vísceras. Fue llevado a una clínica de Algeciras y de allí al Hospital Militar de dicha ciudad, para operarle en mejores condiciones. Desgraciadamente falleció a las diez y media de esa noche.
Gran conmoción causó la muerte de este prometedor torero cuando ya se anunciaba su alternativa.
Su cadáver fue trasladado a México donde fue inhumado.
La mayoría de sus parientes fueron matadores de toros, sus ya mencionados hermanos, su sobrino Anselmo, el hijo de este de nombre Eduardo y sus también sobrinos Mauro y David, que le dieron lustre a la etiqueta de la casa, el segundo tercio.
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