- Por: Antonio Casanueva
Ya vendrán muchos triunfos, nuevos toreros en sus futuras actuaciones abrirán “La Puerta del Príncipe”, Morante de la Puebla, enloquecerá a los feriantes de cada año, con su maravilloso arte o Cayetano cimbrará el coso con sus parsimoniosos quites, pero la verdad esta claramente vista: José Mari Manzanares es el nuevo torero de Sevilla, y no por haber sido el único matador de la historia en haber indultado un toro, o por haberle cortado las dos orejas sino porque los sevillanos, han encontrado en el alicantino, al torero de esperaban.
A partir de este año, para hablar de Sevilla, su historia, su gente y sus ferias , será suficiente con hablar de la séptima corrida de la Feria de 2011. No sólo por haber sido Indultado a petición popular el toro “Arrojado” de la ganadería de Nuñez del Cuvillo. Al que Manzanares bordó como pocos y que indultó por primera vez en Sevilla, ya que nunca antes ningún toro había sido indultado dentro de las corridas celebradas en Ferias Sevillanas.
Este torero, José Ma. Manzanares que hace poco los aficionados mexicanos hemos tenido la oportunidad de disfrutar en diversos cosos de nuestro país, el pasado sábado 30 de abril, materialmente bordó el toreo en la plaza sevillana, en la séptima corrida del programa de la feria, saliendo a hombros por la llamada “Puerta del Príncipe” luego de cortar las cuatro orejas de sus dos toros
y como se ha dicho en el párrafo anterior, indultar al primero de ellos de nombre “Arrojado” proveniente del campo bravo de la dehesa del Cuvillo y lo demás amigos, es lo de menos.
Cabe aclarar que como todas las tardes anteriores a esta y en otras ferias, nuevamente se manifestaron a las afueras de la plaza los llamados anti-taurinos, que lástima, ya que si lo hubieran hecho adentro hubieran tenido la oportunidad de disfrutar esta gran tarde, así como de admirar tanto el toreo artístico de Manzanares, como la bravura y entrega de Arrojado, con lo que por seguro hubieran captado aunque sea parcialmente de la orgía torera que se disfrutó en el coso sevillano, estoy seguro que de inmediato se hubieran cambiado de bando.
En su primer toro, Manzanares realizó una auténtica sinfonía torera que lo coloca, hoy por hoy en el primer plano del escalafón taurino, consagrándose definitivamente como la gran figura e ídolo auténtico de los sevillanos. Sus muletazos plenos de ritmo, elegancia, cadencia y principalmente de profundidad, el que como queda dicho era un toro excelente, pero en el segundo, bueno también pero sin las excelencias de “Arrojado”, siguió rayando a gran altura, con una lentitud pasmosa en repetidas tandas por ambos lados que estoy seguro deben haber quedado grabadas para siempre en la memoria de los aficionados que pudieron admirarla, lo mismo en el tendido que a través de los canales televisivos que transmitieron esta corrida por todo el mundillo taurino.
Sus alternantes, Morante de La Puebla quien era evidente que salió con enormes ganas de triunfar, tuvo en general una mala tarde ya que no contó con enemigos a modo, incluyendo el sobrero que bien podía decirse que fue el menos propicio de toda la función y desde luego que ninguno pudo prestarse para darle una adecuada respuesta al gran triunfador de la tarde, de La Feria Sevillana y si se me apura mucho, de toda la temporada- En tanto que el otro alternante Julio Aparicio quien, pasó totalmente desapercibido. La verdad sea dicha, ante la lección brindada en esa memorable tarde del 30 de abril de 2011, por José María Manzanares, en la importante y reconocida Feria Sevillana, cualquier otro torero de cualquier otra época, nacionalidad o estilo, hubiera pasado desapercibido.
ANTONIO CASANUEVA
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