COSAS DE LA FIESTA
Dicen los que de esto saben como es el caso del erudito taurino Eduardo Maya Lora, que ese chaval aguascalentense llamado Nicolás Gutiérrez que vino a México a partir el queso en la Plaza Arroyo, trae la frescura y la inteligencia preclara como para poner a cantar al palenque y esto lo afirmo porque es fidedigno, pues la palabra del atzcapotsalquense Maya Lora hoy no se pone en tela de duda y si en cambio es fiel en la balanza de la fidelidad cuando afirma; -Este chaval ‘El Nico’ Gutiérrez para sus quince años, es un avanzado- y bien se podría agregar que por la forma en que realiza la cruz para ir por uvas en la consumación de la suerte suprema, y si asegunda entonces podríamos afirmar que ¡es un prodigio!, constatado esto y sumados ingredientes como Juan Pablo Llaguno, David Adame y Diego Sánchez solo agregar que pa’ menú de lujo, en el hoyo de la barbacoa, en el cazo de las carnitas y en la arena de los toreros, no hay otros como Los Arroyo.
Y como la fiesta es de Sol y de Sombra, pues vayamos por esos áridos caminos donde el polvo es palanqueta de cicatrices mapeadas en que el ardiente ardor del calcinante calor no es impedimento para detener ni el culebrear de los reptiles, ni el rafagear de los correcaminos, ni el embestir de los mapaches que son testigos del andar de un torerillo que por la vereda de la legua, va camino a la ermita de la gloria, esa que siempre es majestuosa a partir del entrancado de palos rancios, que al darles amarre se convierten en albero monumental para las ilusiones de ese maletilla a quién los vientos de la leyenda llamaban Porfirio Gómez ‘El Curro’, símbolo recién sepultado de los gambusinos del oro, los alamares y la seda del terno que en las más de las veces no fue de luces y si de penurias y decepciones como esas que ‘El Curro’ se sabía contra su voluntad al dedillo. Y es que su voluntad, era ser figura de los ruedos, de los carteles, de los aplausos, de la tinta y de las gráficas pero eso es más que un milagro ¿Cómo si los milagros existieran? ¡Pamplinas! en el toro existen toreros de raíces y germinaciones diferentes, pero desde luego los más puros son los de la legua, como ‘El Curro’ Porfirio Gómez quién fue torerazo en las toreadas Mexiquenses, Guanajuatenses, Sinaloenses y Michoacanas donde se plegaba a la escuela Sevillana, más hoy ‘El Torero de Ixtlahuaca’ cambio de burladero para convertirse en una de esas leyendas que en el romanticismo de la legua, serán por siempre llamas ardientes de la fiesta auténtica.
Y más de lo que duele, lo fue la partida de Doña Sofía Olea Vda. de Herrerías dama privilegiada en la alcurnia de la señoría, que es el trono al que toda mujer aspira, pero al que solo llegan las elegidas y es que ser una ‘Señora’ es todo un privilegio que por ello, llega a ser una distinción casi en extinción y eso lo subrayamos como en el caso de Doña Sofía que dentro de la Fiesta Brava ocupo un lugar excepcional que se lo gano por su clase, por su afición y sobretodo por su carencia de protagonismo, por eso su partida duele, porque fue el adiós de una mujer inigualable.
Y para las damas del buen gusto que gustan del arte taurino llevado a la belleza que en sí es la moda en el mundo de la Fiesta Brava hoy quedan informadas que ya en México podrán adquirir y desde luego ser obsequiadas con las elegantísimas bolsas de mano estilo torero que son las que se han puesto a la vanguardia tanto en España, Francia, Portugal y que en este país están siendo confeccionadas a mano una a una con la misma seda e hilos bordados que se aplican a los ternos de luces de las figuras del toreo y así que usted aficionada podrá lucir una bolsa elegantísima en grana y oro o que tal una en rosa frenesí con borlas en plata y que decir de las berenjena rematadas en negro y cairelillos en blanco pureza, en fin amigas contacten con ese genio de la aguja de seda y oro que lo es, el maestro Martín Flores Paredes
Tel. 01 / 045 – 2221 – 488608 /
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