08 septiembre 2011

las charlas con EL BARDO DE LA TAURINA


  
TOREAR ENTRE LINEAS
Y como voy a rematar hablando de Jerez, viene oportuno referirme a que el sábado pasado salio en Tlalpán  un novillo ‘Piedranegrino’ bautizado con el nombre de ‘Jerezano’ y que fue lidiado por un novillero interesantísimo al que hay que analizarlo y  comprenderlo entre líneas, se llama Paulo Campero y de él, por principio de cuentas habría que decir que inexplicablemente anda como aquello  que dijera el maestro Agustín Lara; ‘Tu cuerpo del mar juguete, nave al garete’ esto, en el doble filo de la navaja, pues al carecer de apoderado también carece de rumbo, lo que suple  con un corazón más grande que la  Plaza México ¿Pero por qué ocuparme singularmente de Paulo Campero habiendo tantos novilleros? pues porque Campero es algo muy diferente al común denominador de la fiesta, esto incluyendo matadores de cualquier monta y aquí cabe subrayar que  ello se debe a que el susodicho  es un ¡Torero!  que más allá de lo cascabelero de su juventud,  posee la  esencia del arte ‘retro’  y es ahí  donde radica su mayor   virtud  en devolverle a la fiesta el lirismo  de ‘La Época de oro’ y es que  este chaval es compendio fresco de  esa añoranza, que con él retorna en las alas  del tiempo, aquel  cuando el toreo se perfumaba con aroma a embrujo, por eso es que éste ¡Torero! está para decantarse en el alabastro de los encantos ¡Y eso! que Paulo con su lidiar apenas va camino a la ermita como dijera ‘Juncal’ al paso, porque ‘Las prisas son pa’ los delincuentes y pa’ los malos toreros’ y éste es un ¡Torero! que más allá de su espontaneidad, todos los atardeceres ‘dice algo’ y hasta mucho (jamás se va inadvertido) aparte de jugársela en lid de valor sereno y  cabal honradez   por eso  tiene  para andar y sorprender en todas las plazas,  ¿Qué aún es un diamante en bruto? ¡Claro que sí! pero también  es una luz que cuando la fortuna le sonría, va a iluminar los alberos  y ante esto pues sin duda que estamos frente a un ‘emisario’ que  nos invita a ver el otro lado de la fiesta,  donde al calor de la pasión en acrisolada entrega, reviven las suertes, las estampas, la perchas, las actitudes de quienes dentro de un terno de luces han llevado y  llevan ¡Un Torero!
 
LOS PACHUCOS
Esa dama de la tauromaquia que engalana su alma con aroma a jazmines y que en la belleza y el aroma de su esencia jerezana encuentra el desborde a su  pasión por la Fiesta Brava, responde al nombre de Doña Ofelia Reveles Román y  sea dicho es gente del periodismo y señora de letras finas que se convierten en poesía,  hasta llegar a la autoría de un pasodoble llamado ‘El Kacho’  amén de tener por acervo la cultura y  las remembranzas de las que  nos regala aquella que se vivió en el Jerez Zacatecano, en el año de 1947 durante la Feria de la Virgen de la Soledad,  que en realidad era un ‘Novenario’ que arrancaba  a tambor batiente y que dio paso al Mano a Mano que protagonizaron  ‘El Compadre’ Silverio Pérez y Carlos Vera ‘Cañita’, en donde el ‘Monarca del Trincherazo’ saco el ‘colmillo’  y  brindó  a la taurinísima ‘Porra del coso’ como ‘ Negus’ andaba de vena  se dio a  bordarle  un faenón a un toro de aquella  brava ganadería del Saucillo,  el juez obediente de la democracia  y enloquecido por las brasas  del ‘Silverismo’ entregó las peludas y el rabo  y nos platica la Dama Ofelia,  que al momento en que Silverio  se acerca a la porra, aquel pinturero personaje al que mentaban ‘Pitacocha’ le devolvió  la montera repleta de ‘Pachucos’ que así llamaban por aquellos lares a los pedazos de billetes  de los recién estrenados pesos  coloraditos  que sustituyeron a las monedas de plata 0.720 y como no había morralla pa’dar cambio, pues los lugareños partían los billetes por la mitad a manera de ‘tostones’ y hasta en cuatro pedacitos cual ‘pesetas’, sin duda que con el asombro la mandíbula prominente del ‘Compadre’ le ha de ver crecido hasta la risa y sigue  el anecdotario cuando  la maestra Reveles Román  agrega que esa tarde ‘El Tormento de las mujeres’ fue llevado en hombros hasta el jardín principal donde en su honor la Banda de Música se guardo ‘La Marcha de Zacatecas’ y arrancó la  tertulia dominguera con el popular pasodoble ‘Silverio’.

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