05 febrero 2012

DIEGO SILVETI POR ENCIMA DE SUS TOROS, EN TARDE DE GRAN TRIUNFO DE EL JULI


Casi lleno en los tendios, hoy domingo 5 de febrero, se celebró en la Plaza México la tradicional Corrida del Aniversario de este coso. Se lidiaron ocho toros de Xajay, el quinto sobrero de la misma ganadería. De juego desigual, el mejor del encierro fue el tercero. El resultado de los toreros fue el siguiente: El Juli, dos orejas y dos orejas. José María Manzanares, oreja y silencio. José Mauricio, oreja y silencio. Diego Silveti ovación tras dos avisos y palmas tras aviso.
Ambiente extraordinario, con una de las mejores entradas de la temporada, pero que terminó frío y con lluvia intermitente, y en la que Diego Silveti volvió a la Plaza México, en una tarde en la que el máximo y justo triunfador fue El Juli, que cortó cuatro orejas y salió en hombros por la puerta grande de la Monumental.
Diego Silveti sorteó en su primer turno un toro de Xajay manso y que pronto demostró su querencia a los adentros. No se dejó torear con el capote, y tras un puyazo, el joven diestro de dinastía brindó al público aún sabiendo las pocas prestaciones que iba a tener el toro. A pesar de ello, Silveti se lo sacó a los medios para ligar una primera tanda en redondo por el pitón derecho. Después ligó otra muy buena por ese mismo pitón, pero al presentarsela al natural el animal buscó con descaro las tablas. Silveti no quiso perder el tiempo cambiandole de terrenos, y allí, cerrado en el tercio, planteó la segunda parte de la meritoria faena. Volvió al pitón derecho para cuajar otra meritísima tanda, y cuando ligaba un circular, el toro le echó mano y le pegó una fea voltereta, por fortuna, sin consecuencias. Tras cambiar la espada, Silveti no se dio por vencido y ligó un ramillete de bernadinas ajustadas con las que Silveti demostró que había sido él quien habia impusto su ley. Meritoria actuación que no rubricó con la espada, pues tras media estocada, el toro se puso muy complicado para ser descabellado, tanto, que tras sentir un golpe de verduguillo el toro volvió a engancharlo y le volteó de nuevo. Al final se desprendió del animal volviéndole a entrar a matar con la espada y saludó una fortísima ovación en los medios.
Por desgracia, con el último toro de la tarde tampoco tuvo opciones. Áspero y embistiendo con arreones por los dos pitones, Diego Silveti se esforzó con enorme voluntad, estando muy por encima de la mala condición del toro. Antes de iniciar la faena de muleta, Silveti cuajó un sensacional quite por gaoneras, embraguetado y de mucha pureza. En varios momentos el animal estuvo a punto de llevarselo por delante, pues Silveti se peleó sin arrugarse en ningún instante. Se lo pasó cerca y derrochó mucha más voluntad que el juego del animal se merecía. De principio a fin puso todo de su parte, rematando el trasteo con ajustadísimas manoletinas de mucho mérito, rematadas con un pase del desdén.
Gran tarde la de El Juli, que cortó cuatro orejas. Pero no solo por el número de trofeos, también, y sobre todo, porque el maestro madrileño se jugó la vida con su primer toro, que le propinó una cogida muy fea, y se impuso con mérito y autoridad a su segundo. A los dos desorejó por partida doble en sendas lecciones de capacidad, técnica y entrega por parte de El Juli. Sin que de verdad le metiera la cara ninguno de sus dos toros, el maestro dictó dos lecciones soberbias, rematadas con la espada de manera sensacional. Además, su segunda faena se la brindó a Diego Silveti. Rotundo y sin discusión el paso de Julián López "El Juli" por esta corrida tan importante.
José María Manzanares cortó una oreja de su primer toro, animal noble pero rajado, con el que el alicantino instrumentó muletazos de gran calidad. La labor la remató de una gran estocada en la suerte de recibir. Sin embargo, su segundo apenas si dio juego, pues con poca raza y sin romper hacia adelante, no le facilitó el triunfo al alicantino. Este toro fue un sobrero que salió en sustituión del titular, que se resintió de alguna lesión una vez salió al ruedo.
Tuvo ritmo y muy buen son el primer toro que le correspondió a José Mauricio, al que cortó una merecida oreja después de una interesante faena. Aspero y de peor juego, el segundo de su lote no fue fácil de someter, lo que unido al viento que comenzó a soplar durante la lidia de ese animal hicieron imposible el lucimiento.

twitter: @DiegoSilveti

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