01 agosto 2012

SIXTO VÁZQUEZ: 57 ANIVERSARIO DE LA VUELTA AL RUEDO EN LAS VENTAS


57 ANIVERSARIO DE LA VUELTA AL RUEDO, A PIE, DE UN PICADOR DE TOROS EN LA PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS DE MADRID. ESPAÑA.
Material enviado a www.noticierotaurino.com.mx por Mario Vázquez Molina y Mario A. Vázquez Rendón.
EL MEXICANO Y MICHOACANO. SIXTO VÁZQUEZ ROCHA.
El triunfador de Madrid.
Corrían los primeros meses del año 1955 y un matador de toros mexicano triunfaba en México con tal fuerza que fue contratado por empresarios españoles para una extensa campaña en plazas Ibéricas, su nombre era Miguel Ángel García, “El Güero”, mismo que opto por levar en su cuadrilla al michoacano Sixto Vázquez Rocha.
La mala fortuna escribió su mal fario cuando en una presentación en Barcelona, “El Güero” Miguel Ángel sufrió una tremenda cornada en el paladar, percance que paró en seco su exitosa campaña, motivo por el cual el sindicato de subalternos en España autorizo al picador Sixto Vázquez a actuar con los novilleros mexicanos que en ese tiempo hacían campaña por esos lares, José Huerta, Humberto Moro y Jaime Bravo, siendo este último con quien el destino quiso que hiciera el picador Vázquez su presentación en Las Ventas de Madrid el domingo 31 de julio de 1955, estando acompañado Jaime Bravo y por Joaquín Bernardó con novillos de Domingo Ortega.
Todo comenzó días antes de esa fecha con una discusión entre subalternos mexicanos y españoles, que si en España se podían o no picar los toros de largo, alegaban los piqueros peninsulares que allá por el peso y el volumen del toro estos no se podían picar de largo. Esta polémica se expandió rápidamente en los mentideros taurinos  así el día de la novillada y en la prueba de caballos para la pica en los patios de la plaza de Las Ventas, todo el mundo incluyendo a la prensa, ya sabía que ese día el picador azteca picaría un toro de largo, algo que en España, según narra Vicente Zavala en su libro “La Entraña del Toreo” hacia mucho tiempo no se veía.
Ese día al abrirse la puerta de cuadrillas e iniciarse el paseíllo, la gente del tendido recibió al picador  Vázquez con freses como “manito estás loco, acá en España no se puede picar el toro de largo”, “acá en el tendido te esperamos manito”, todo haciendo alusión a lo que intentaría el picador mexicano.
Salió el quinto de la tarde, de nombre “Canastero” con 486 kilos en los lomos, al llegar la suerte de varas, y buscar Sixto Vázquez su colocación en el ruedo, en este tiempo solo se ponía una raya, el ambiente se sentía tenso, pues los comentarios en el tendido crecían de tono, sobre todo al percatarse los aficionados del dialogo que en el ruedo mantenían, el picador y el peón de brega, todo en sentido de que este último no quería colocar al toro en el tercio, el picador tuvo que recurrir al mismo matador en turno, Jaime Bravo, para que este le ordenara al peón de brega poner en suerte al toro en el tercio tal y como lo pedía el picador purépecha, cosa que molesto de sobremanera al mencionado peón, que en lugar de colocar al toro en el tercio, lo lleva hasta los medios y sarcásticamente voltea a preguntar al picador “¿allí es donde lo quiere?”, el picador comprendiendo que ya no había de otra, le respondió “sí, ahí lo quiero”, pero  pidió que todo el mundo saliera del ruedo, y se quedaron solos en el ruedo, caballo y caballero.
Menciona así Zabala, en el capítulo que le dedica exclusivamente a Sixto Vázquez, “hacía mucho tiempo que en España no se veía en todo su esplendor la suerte de varas, es decir ejecutar la suerte tal y como mandan los cánones, de largo, sin ventajas para el hombre de la puya, toreando a caballo en un cite gallardo y lleno de verdad y hermosura, con la vara en alto, invitando al toro a una reunión sin mentiras, sin engaños, con la nobleza que siempre debiera existir en la más bella de las fiestas, LA FIESTA BRAVA”.
Surgieron tres soberbios y monumentales puyazos en todo lo alto, que motivaros el mismo número de explosiones de locura,  comparables con lo que sucede en un estadio de futbol al anotarse un gol.
En el recorrido del picador para abandonar el ruedo montado en su jaca, este fue acompañado de una de las mas estruendosas  que se tenga memoria en la plaza de Las Ventas, sobre todo para un picador de toros, subalterno muy devaluado en ese tiempo.
Jaime Bravo, matador en suerte tuvo a bien realizar una extraordinaria faena, premiada con oreja por el juez de plaza, por lo cual inicio a dar una vuelta al ruedo, cuando el mismo publico al unísono comenzó a corear “picador, picador, picador” a lo que el novillero accedió, dándose en ese momento un hecho para la historia, realizándose un acontecimiento que nunca había sucedido y atreves de los años, tampoco se a vuelto a repetir, “UN PICADOR DE TOROS DA UNA VUELTA AL RUEDO A PIE”, por un puyazo en el mismísimo ruedo de Las Ventas en Madrid, España, y ese picador fue “ORGULLOSAMENTE MEXICANO”.
Terminare este relato refiriendo a ustedes que tal actuación le valió al picador mexicano, torear ese año más de 40 tardes por todo el territorio español, anunciándose al picador con su nombre del tamaño de los matadores, sobresaliendo y quedando en los anales de la historia el domingo 07 de agosto del mismo año en el Puerto de Santa María, en el que después de otros tres puyazos soberbios y a la muerte del toro, la gente obligo al Juez de Plaza, a otorgarle al picador una oreja de dicho burel, otro caso insólito en los anales de la historia taurina.
Sixto Vázquez Rocha, séptimo hijo de una familia de 19 hermanos (8 mujeres y 11 hombres) en la hermosa población de Uruapan, Michoacán,  orgullosamente tarasco, como solía contestar cuando era entrevistado en España y contradiciendo a los periodistas Ibéricos que le alegaban que tenía que tener raíces españolas.
Casado con doña Teresa Molina Colín, extraordinario padre de tres mujeres (Ignacia, Consuelo y Teresa) y dos varones (Sixto y Mario), este ultimo extraordinario novillero con el alias de “El Politécnico”, hermano de dos picadores de toros, Israel y Crescencio y tío del actual sostenedor de la dinastía taurina Vázquez, David Vázquez, catalogado este ultimo entre los tres mejores picadores de México.
Sixto Vázquez Rocha murió en México D.F. el 5 de agosto de 1995 a causa de un padecimiento de próstata, recordaremos que cuando daba aquella inolvidable vuelta al ruedo en Madrid al lado de Jaime Bravo, este, al ver las lagrimas en los ojos del picador, le pregunto, “¿por qué llora mi picador?” a lo que respondió con voz entrecortada por la emoción “por lo mismo que usted mi matador” y como siempre comentó que él fue motivo de que en el tendido de la plaza de Las Ventas en Madrid se escuchara algo poco usual “Viva México manito”.
Su viuda, sus hijos, nietos y bisnietos estamos y estaremos muy orgullosos de pertenecer a una familia formada por tan insigne mexicano, tarasco y siempre tendremos en mente su ejemplo de tenacidad, honestidad, perseverancia, valor y sobre todo una frase que siempre lo caracterizo aquella que lo llevo a ser el mejor picador del mundo, “En esta vida querer es poder”.

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