- por Héctor Budar
Toreros Charros
Como la mayoría de costumbres y tradiciones, lo charro
nos viene de España, concretamente de la región de Salamanca, donde pastan una
gran mayoría de ganaderías de primera línea en el campo charro; como las
dehesas de la dinastía Pérez-Tabernero, Coquilla, Atanasio Fernández, Galache,
Sánchez Cobaleda con sus famosos toros “patas blancas”, Lamamié de Clairac, a
cuyos bovinos llaman los parladés charros y muchas mas.
Toreros charros salamantinos los ha habido en todas las
épocas, recordaré a una trilogía muy importante: Santiago Martín “El Viti”,
Pedro Gutierrez Moya “El Niño de la Capea”, torero muy querido en nuestro país,
al que una tarde que alternaba con Jorge Gutiérrez y Miguel Espinoza
“Armillita”, el “Negro”, famoso porrista de la Plaza México, le dio carta de
naturalización, al gritarle: ¡”Paisano no te hagas pendejo y regala un toro”!;
Pedimento que atendió “El Capea” brindándoselo al gritón.
El malogrado maestro Julio Robles que en pleno éxito de
su carrera en el mes de agosto de 1990 en la plaza Béziers Francia, un toro de
Cayetano Muñoz, de salida le propinó impresionante voltereta provocándole
graves lesiones medulares dejándolo inútil para la profesión.
Algunos toreros de esta región usaron en los carteles
el mote con el que son nombrados, como el matador Irineo Paz “El Charro” que se
abría paso en los años setenta.
Los charros salmantinos hacen gala de buenos
caballistas en el acoso y derribo en las tientas de su ganado, su vestimenta
original no tiene parecido a la del charro mexicano, actualmente usan en sus
faenas el traje campero andaluz, que también usan los toreros en tientas y
festivales en el orbe taurino.
En México se nacionalizó la vestimenta estrechando el
pantalón que cae en forma de campana sobre los botines, sustituyendo las
sahonas por las chaparreras. Hay tres tipos de trajes, el de gala, negro con
botonadura de plata que se usa en bodas y ocasiones especiales, el galoneado
para “dominguear” que no tiene color especial y que algunos combinan con
chaquetilla de gamuza y el de faena que para mayor comodidad en sus labores o
en el mexicano deporte de la charrería desisten de la chaquetilla.
Algunos diestros mexicanos han usado el traje de charro
como prenda de lujo, otros por que han
sido verdaderos charros como lo fue Ponciano Díaz.
Pedro Nolasco Acosta natural de San Luís Potosí,
contemporáneo de Ponciano, fue un torero de los llamados feudales, nunca actuó
fuera de su patria chica, hombre de facciones europeas de ojos azules y enorme
bigote rubio muy querido y admirado en su terruño, le gustaba vestir el traje
charro para pasear por la ciudad montado a caballo. A él se debe entre otras la
construcción de la plaza El Paseo que con algunas modificaciones hoy se conoce
con el nombre de Fermín Rivera, en ella Ponciano a su regreso de España, en
1891 le concedió la alternativa.
Juan Silveti “El Tigre de Guanajuato”, patriarca de la
torera dinastía Silveti, también gustaba de la mexicana vestimenta, acentuando
su personalidad de “Juan Sin Miedo” con calaveras en el traje y en el ala del
sombrero. En aquel primer tercio del siglo pasado a cambio de un lujoso
ferrari, como seria hoy, montaba finos corceles como parte de su bravía
personalidad.
Charros auténticos fueron, Paco Aparicio, valiente
novillero, quién debutó en el Toreo de la Condesa en 1925, con Paco Gorráez y
Armillita, posteriormente se dedicó a su especialidad de charro profesional
dándose a conocer como tal, en España, Francia, Portugal, Sudamérica y Estados
Unidos con el grupo charro de los Hermanos Becerril, Francisco Aparicio fue el
padre de la torera Juanita Aparicio.
Jorge “El Ranchero” Aguilar, charro natural, nació en
la ganadería Piedras Negras donde inició sus primeros pasos taurómacos,
cimientos que lo llevaron a figura del toreo a quien en su honor rebautizaron
con su nombre la plaza de toros de Tlaxcala.
Manuel Capetillo, tapatío de origen, a su padre le
decían el charro por su origen campirano, sabía portar bien el atuendo.
Joselito Huerta a su retiro le dio por practicar el
mexicano deporte que inculcó a sus hijos, toreaba con esta vestimenta en
festivales.
Eliseo Gómez “El Charro”, matador de toros, nació en
Tepetitlán, Jalisco dentro de una familia de charros profesionales.
Mariano Ramos el “Torero Charro”, hijo de don Rafael
Ramos uno de los charros más completos de México, abrevó de él los secretos de
la charrería.
Por último el fino torero José Mauricio también
proviene de lienzos charros.
Como dice el taurino Antonio Moreno Durán, mi querido
compadre, el problema no es vestirse de charro sino saberlo portar con propiedad
y categoría
¡Hasta el próximo miércoles, suerte para
todos!
Comentarios y sugerencias:
hector_budar@yahoo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios a esta entrada