16 mayo 2013

Casos y Cosas de Toros / Toreros charros


  •                               por Héctor Budar

Toreros Charros

Como la mayoría de costumbres y tradiciones, lo charro nos viene de España, concretamente de la región de Salamanca, donde pastan una gran mayoría de ganaderías de primera línea en el campo charro; como las dehesas de la dinastía Pérez-Tabernero, Coquilla, Atanasio Fernández, Galache, Sánchez Cobaleda con sus famosos toros “patas blancas”, Lamamié de Clairac, a cuyos bovinos llaman los parladés charros y muchas mas.

Toreros charros salamantinos los ha habido en todas las épocas, recordaré a una trilogía muy importante: Santiago Martín “El Viti”, Pedro Gutierrez Moya “El Niño de la Capea”, torero muy querido en nuestro país, al que una tarde que alternaba con Jorge Gutiérrez y Miguel Espinoza “Armillita”, el “Negro”, famoso porrista de la Plaza México, le dio carta de naturalización, al gritarle: ¡”Paisano no te hagas pendejo y regala un toro”!; Pedimento que atendió “El Capea” brindándoselo al gritón.

El malogrado maestro Julio Robles que en pleno éxito de su carrera en el mes de agosto de 1990 en la plaza Béziers Francia, un toro de Cayetano Muñoz, de salida le propinó impresionante voltereta provocándole graves lesiones medulares dejándolo inútil para la profesión.

Algunos toreros de esta región usaron en los carteles el mote con el que son nombrados, como el matador Irineo Paz “El Charro” que se abría paso en los años setenta.

Los charros salmantinos hacen gala de buenos caballistas en el acoso y derribo en las tientas de su ganado, su vestimenta original no tiene parecido a la del charro mexicano, actualmente usan en sus faenas el traje campero andaluz, que también usan los toreros en tientas y festivales en el orbe taurino.

En México se nacionalizó la vestimenta estrechando el pantalón que cae en forma de campana sobre los botines, sustituyendo las sahonas por las chaparreras. Hay tres tipos de trajes, el de gala, negro con botonadura de plata que se usa en bodas y ocasiones especiales, el galoneado para “dominguear” que no tiene color especial y que algunos combinan con chaquetilla de gamuza y el de faena que para mayor comodidad en sus labores o en el mexicano deporte de la charrería desisten de la chaquetilla.

Algunos diestros mexicanos han usado el traje de charro como prenda de  lujo, otros por que han sido verdaderos charros como lo fue Ponciano Díaz.

Pedro Nolasco Acosta natural de San Luís Potosí, contemporáneo de Ponciano, fue un torero de los llamados feudales, nunca actuó fuera de su patria chica, hombre de facciones europeas de ojos azules y enorme bigote rubio muy querido y admirado en su terruño, le gustaba vestir el traje charro para pasear por la ciudad montado a caballo. A él se debe entre otras la construcción de la plaza El Paseo que con algunas modificaciones hoy se conoce con el nombre de Fermín Rivera, en ella Ponciano a su regreso de España, en 1891 le concedió la alternativa.

Juan Silveti “El Tigre de Guanajuato”, patriarca de la torera dinastía Silveti, también gustaba de la mexicana vestimenta, acentuando su personalidad de “Juan Sin Miedo” con calaveras en el traje y en el ala del sombrero. En aquel primer tercio del siglo pasado a cambio de un lujoso ferrari, como seria hoy, montaba finos corceles como parte de su bravía personalidad.

Charros auténticos fueron, Paco Aparicio, valiente novillero, quién debutó en el Toreo de la Condesa en 1925, con Paco Gorráez y Armillita, posteriormente se dedicó a su especialidad de charro profesional dándose a conocer como tal, en España, Francia, Portugal, Sudamérica y Estados Unidos con el grupo charro de los Hermanos Becerril, Francisco Aparicio fue el padre de la torera Juanita Aparicio.

Jorge “El Ranchero” Aguilar, charro natural, nació en la ganadería Piedras Negras donde inició sus primeros pasos taurómacos, cimientos que lo llevaron a figura del toreo a quien en su honor rebautizaron con su nombre la plaza de toros de Tlaxcala.

Manuel Capetillo, tapatío de origen, a su padre le decían el charro por su origen campirano, sabía portar bien el atuendo.

Joselito Huerta a su retiro le dio por practicar el mexicano deporte que inculcó a sus hijos, toreaba con esta vestimenta en festivales.
Eliseo Gómez “El Charro”, matador de toros, nació en Tepetitlán, Jalisco dentro de una familia de charros profesionales.

Mariano Ramos el “Torero Charro”, hijo de don Rafael Ramos uno de los charros más completos de México, abrevó de él los secretos de la charrería.

Por último el fino torero José Mauricio también proviene de lienzos charros.

Como dice el taurino Antonio Moreno Durán, mi querido compadre, el problema no es vestirse de charro sino saberlo portar con propiedad y categoría

¡Hasta el próximo miércoles, suerte para todos!
Comentarios y sugerencias:
hector_budar@yahoo.es

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