- por Pedro Julio Jimenez VILLASEÑOR
AGUASCALIENTES CUENTA con una escultura que es monumental, es bonita y con datos de peso y fabricación impresionantes, le llamamos El Encierro ya que eso es en realidad, un encierro en bronce compuesto por siete toros con tara, cada uno, de mil kilos, los arrea un montado caporal garrocha en mano de casi dos toneladas, conjunto muy campirano, muy mexicano. La obra mide 24 metros de largo por 10.5 de ancho y tiene una altura de seis y medio metros, la hizo Jorge de la Peña. Todo ésto esta asentado en “una isla” semejando el campo donde adquirieron la edad, el peso y el trapío que les vemos.
AL MONUMENTO lo han cambiado de sitio varias veces y hoy nos enteramos que será removido de nueva cuenta. En la actualidad lo encontramos dentro de un largo andador, en el perímetro de lo que se utiliza para dar vida a la Feria de San Marcos, “divide” la zona ya establecida de los hoy llamados antros y de el área comercial que desemboca en la plaza Monumental, además de allí parte un andador más que lleva al casino y al jardín de San Marcos. Dada esta circunstancia es que en ese lugar se dan continuamente embotellamientos peatonales en tiempos de la verbena, inclusive dicen ciertas autoridades que en el sitio hay “un cuello de botella” y eso es mentira rotunda… ¡¡¡la botella anda por todos lados en esos días!!!
DE LOS siete astados… Cada uno de ellos tiene el hierro a una diferente ganadería instalada dentro de nuestro pequeño territorio y aquí surge una anécdota ya vista en algunos otros lugares. Uno de los toros “fue herrado” con una “M”, una “B” y una “V”, hierro inexistente por el rumbo pero resolver el misterio fue demasiado fácil, la obra fue ordenada cuando el gobernador del estado era el ingeniero Miguel Ángel Barberena Vega, periodo 1986-1992. Poco tiempo después “la procedencia” cambió. La verdad es que no recuerdo a que ganaderías pertenecen los bureles del multicitado monumento. Fueron los años en que la plaza Monumental vivió su expansión y se hicieron los andadores ya descritos. Al siguiente sexenio se vendió el inmueble a su actual propietario, Alberto Bailleres. Esto cuando la silla grande del estado la ocupaba Otto Granados Roldan.
DE MOMENTO se desconoce a donde será removida la obra… Nos Vemos.
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