30 diciembre 2013

ADOLFO APODERADO GUZMÁN

 Luévano
  • Por Oscar MEJÍA
Hay un personaje, persona de distinción en el toro, a quien admiro en toda la extensión de la palabra, al apoderado de toreros Adolfo Guzmán Zaragoza. 


Con más afición no conozco a nadie.  



Hijo menor entre cuatro hombres y tres hermanas, en una cálida, grata y unida familia.

Juntos vivimos hace mas de cuarenta años la etapa de maletillas, época venturosa en mis recuerdos. Cuando en las tardes de domingo después de torear vacas toreadas en los cortijos de Luis Solano y de Pancho Hernández, bajábamos de san Mateo al lienzo de Naucalpan y en las charreadas, en el ruedo, de rodillas, frente a los cajones de los toros de monta esperábamos los dos capote en manos, cada uno frente a un cajón; la apuesta era ver cuál de los dos toros montados salía primero, rebrincando las más de las veces y si el toro salía de tu lado aguántalo, pegale el farol sin moverte; lo hicimos muchas veces. De aventones viajamos por todo el país Tapachula y Ciudad Juárez entre muchas ciudades, recorríamos muchos kilómetros para dar un capotazo o poner un par, conocimos mucha gente y toreamos de todo: casta criollos y cebuses en plazas, placitas, plazotas, de trancas y monumentales. Con más afición...

Toreó Adolfo en España y Sudamérica donde se hizo matador de toros. Su carrera de apoderado despegó fuerte cuando estuvo a cargo de los asuntos de Valente Arellano a quien hizo torear más de 200 novilladas, (esto ya es trabajo me decía) lo llevó a la alternativa con todos los honores, cuando la parca vestida de motocicleta cortó de tajo tan exitoso binomio. 


Valente

Se sobrepuso al fuerte golpe y siguió en la brega, han pasado por sus manos desde entonces toreros de diferentes características; recuerdo que llevó a la alternativa a Alejandro del Olivar, también a Cuchares y aún reciente llevo a José María Luévano a quien recuperó para la fiesta, colocándole en dos temporadas consecutivas en La México. No sin antes armarle campañas de 20 o más festejos. Y la carretera acabó con  la vida de éste torero. Una vez más Adolfo asimiló el golpe. 

Entiende Adolfo muy bien el negocio, primero es hombre de palabra, conoce el medio como pocos, tiene la habilidad de moverse en primer nivel con soltura. El sentido profesional lo muestra al preparar a sus toreros antes de venir a México, sin darles coba, con seriedad, con trabajo poniéndoles a torear. Y algo importante, Adolfo no es de familia taurina ni por postura o con tela pá darse el gusto. Es apoderado profesional. Que con más afición no he visto a nadie.


Pizarro
Con mucho más que buenos deseos presentó ayer a Federico Pizarro en La Monumental, llegó con su torero bien preparado, pisando recio pudo con los nada fáciles toros con edad y bravura de De Haro, con sitio. 
Y llegó el triunfo. Triunfo macizo de peso, una oreja cortada a su primero avalando una muy buena actuación de toda la tarde. 

El apoderado Guzmán nuevamente en el callejón de La México, pendiente de los movimientos, hasta el más leve, de su torero para apoyarle. Todos los detalles cuidados. Importantes momentos como decidir el castigo a los toros y que no se equivocó, al primero que le den dijo y quedó al pelo...

Y Federico Pizarro ha tenido una gran actuación.

Con más afición no conozco a nadie. 

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