NUEVO TRIUNFO de un Joselito Adame que no cree en nada ni en nadie, se ha trepado al auto de los triunfadores al grado que si fuera en carretón iría montado sobre los jamelgos para conducirlos a terrenos de la fama y solo el va sentado en ellos. El camino es muy, pero muy largo, y no le aunque, dos corridas en este ciclo, cuatro astados pasaportados y suma hoy dos a las primeras cuatro orejas de la tarde de su presentación, desde luego que ambas salidas a hombros, estas muy serias, sin chabacanerías en su actuar. Por cierto que…
AÑOS TENÍA de no ver maroma tan espantosamente semejante a la que le propinó el primero de su lote, al grado, concibo yo, que si él no creyera en Dios esto lo convertiría a alguna religión, de milagro no se suscito una tragedia, el de Barralva le apuntó la cornada al pecho por uno de sus costados, al caer lo levantó cual si fuera un trapo, un mono de hilachos y ahí le bailó el jarabe tapatío, la sufrida en Madrid, la de la fractura, fue un juego a comparación de ésta, pero siguió en la brega hasta meterle la espada hasta la empuñadura, tan es así que ya es fuerte candidata a ganar el futuro reconocimiento como la mejor de la temporada. En rápida visita a la enfermería sé constató un rayón que iba desde la barriga hasta su mentón. Maltrecho lidió a su segundo y notamos cierta posibilidad de llevarse otro apéndice de no haber fallado con el acero. Su primero fue bravo, derrotaba con fuerza al término del muletazo pero lo domeñó dejándole siempre la muleta en la cara y colocándose siempre a la distancia, cómo decía con su segundo la cosa fue diferente, agarrado al piso y embistiéndole con violencia cuando la hacia, nos dejó ver el sitio que tiene dándole la lidia correcta… Un por cierto más.
FRESCOS RECUERDOS tengo de… De cuando doña Estela apresuraba a su hijo a terminar la comida para no llegar tarde a la escuela. De su despedida a viajar a España la primera ocasión y que supuestamente sería solo por tres meses, esto fue gracias a la invitación efectuada por Roberto Fernández “El Quitos”, quien de esa manera correspondía a un brindis que el entonces becerrista le hiciera en una de sus encerronas en la plaza San Marcos, semanas después Roberto le vio “patas pa´gallo” y solicitó el premiso paterno para ampliar su estadía por Europa y ahora vemos los resultados y el ojo clínico de “El Quitos”. Desde entonces siempre le seguía Héctor Rojas “El Willi”, que se convirtió en su subalterno y hoy saludó, por vez primera, desde los tercios de la plaza México gracias a lo bien que se vio con los palitroques.
Y CONFESARÉ algo. A varias personas les manifesté que los toros de Barralva eran, según las fotos exhibidas, muy feos, acepto que equivocado estaba, al verlos en el ruedo mi opinión cambió por completo y la muestra esta que al salir el primero lo ovacionaron largamente. Y al que cerró la tarde le dieron arrastre lento.
ESE ASTADO fue en realidad el segundo, abrió plaza uno de don Fernando de la Mora para que Mónica Serrano se cumpliera el capricho de actuar dentro de la temporada que se dice “da caché”, la vi mejor de lo que esperaba como resultado normal de su inactividad, pero no se salvó de retirarse entre abucheos y de escuchar dos avisos aún así Valente Alanis, su sobresaliente, rematara la labor de la caballista con varios pinchazos. Pegó sin embargo el petardo de la falta de ética al abandonar el coso al término de su participación. Y lo conocido por todos, quien estaba presidiendo la tarde, Jorge Ramos, no tuvo el valor o atingencia de hacer cumplir el reglamento y amonestarla, salvo que vía telefónica le solicitara el debido permiso del cual esta permitido y no lo dé a conocer por el sonido local. A pesar de la millonada de dólares que debe de tener la caballista a ella si la obligaron a que la acompañara el obligatorio sobresaliente, cosa contraria con los rejoneadores españoles.
LO MALO del encierro fue el lote de Arturo Saldívar quien volvió a demostrar lo buen torero que es, su valor, su disponibilidad y su técnica, y que sale a la plaza a pelearle las palmas a quienes sean sus alternantes, sin embargo le sigo notando “el mal de moda”, el interrumpir las tandas al esconderle la muleta entre pase y pase en lugar de reventar los astados con los pocos o muchos muletazos que le permitan los astados. Interrumpir tandas es cortar la emoción y eso es, desde nuestro punto de vista, el mal de muchos en la actualidad.
DIEGO SILVETI tuvo la suerte de llevarse al mejor del encierro, el castaño, un toro que de inicio fue muy incierto, además de lo mal lidiado durante el primer tercio, pero que sin embargo con la muleta cambio enormemente y fue a más entre pase y pase. El menor de la dinastía lo entendió y se acomodó en varias tandas de derechazos, adornos y posteriores ajustadas bernadinas para terminar su labor. Desde el tendido se escuchaban reclamos, de esa manera le solicitaban continuara la faena, la misma que emborronó con la espada y causante a que lo despidieran entre abucheos, estaba “muy delicadito” cierto sector “de aficionados”.
INDEPENDIENTE A la actitud de la tercia y la seriedad del encierro, lo mejor fue la entrada, poco más de media capacidad del aforo, mala para haberse registrado en tiempos pasados, hoy la podemos catalogar de extraordinaria. Los diestros aztecas comienzan a despertar el desaparecido interés de los públicos, lastima que los carteles, adelantados de manera infantil, semejen un subibaja y semanas habrán de pasar para ver de nueva cuenta a aquellos que están dejando huella… Nos Vemos.
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