¿Cómo le hicieron para que
una promoción dedicada a los novilleros que se antojaba no solo buena sino necesaria, crucial para la
fiesta en nuestro país, terminara con tan poquísima gente
en el tendido de la plaza más grande del mundo, tan gris, tan deslucida, tan
ignorada por el público?
Haciendo las cosas tan mal como se hicieron es
la respuesta.
Los criadores de toros
bravos, quienes por lógica deben ser los principales interesados
en que la fiesta en México que evidentemente va en caída libre detenga el
grave deterioro que sufre y desde luego que se recupere, anunciaron un
certamen para atender al segmento más importante de la torería, los
principiantes y lo denominaron "Buscando un
Torero". Despertando escépticas expectativas.
Con una larga lista de
desaciertos en medio de fotos en las que se asoman ansiosos los orgullosos criadores, no los novilleros, arrancó sin pies
ni cabeza con diseño absurdo el concurso. Finalizó ayer con más pena que gloria: novillos mansos y sin trapío, el Xajay pitado por flaco y el R. Huerta brincando al callejón, (en Aguascalientes les regresaron
15 lagartijas) con tres jóvenes incapaces que no llevaron a la plaza ni a su
familia y ni una orejita cortaron ni una salida al tercio, haciéndose una pésima entrada.
La final en La México a
plaza casi vacía, mata los incentivos para que esta actividad tan llena de
valores produzca cosas buenas para la sociedad. Los ganaderos de bravo, los
guardianes de la bravura, de la pureza, la verdad, señorío y dignidad de la
fiesta, esos en vez de ayudar a que el barco no se hunda le han hecho otro
boquete, éste grande, ayudando eso sí, a que más pronto se vaya al fondo la
nave de la fiesta brava EN NUESTRO PAÍS.
Sin importar lo que digan jilgueros y lambiscones, han pegado un horroroso PETARDO.
…remato En Los Medios.
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