- Por Oscar MEJÍA
Ha
de ser que estoy muy desconectado de el acontecer taurino, particularmente de
la Ciudad de Puebla en donde he vivido una buena parte de mi trayectoria
taurina iniciada aquí en El Toreo de Puebla hace casi 50 años y en donde resido
desde 1994, pero que yo sepa nadie, oficialmente, ha dado por concluida
la vida de la plaza de toros El Relicario, vigente en esta ciudad desde el 19 de
noviembre de 1988.
Lo
que es un hecho es que durante la gestión vigente del nieto del Doctor y General
Rafael Moreno Valle por decisiones atribuibles a su gobierno, por ignorancia,
por mercantilismo a ultranza, por mala leche de
gente que sin razón se opone a la fiesta, el hecho es que El
Relicario y con él la fiesta brava en Puebla está viviendo su peor momento.
En
28 años, pasó de ser brillante estrella del firmamento taurino al abandono en
el que hoy se encuentra gracias a la nefasta presencia de depredadores y aventureros los últimos 12. Será por eso que alguien o algunos se les ha ocurrido
dar por muerto este altar a la tauromaquia.
A
esos entusiastas despedidores de plazas
es necesario advertirles que el coliseo poblano, que aún no pasa nada con eso, será centro de espectáculos no es plaza de toros, si desaparece El Relicario desaparece la fiesta brava en
Puebla.
Mientras
esta plaza esté ahí habrá fiesta en Puebla. Abusados.
Remato En Los Medios
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