"Mirando torear a Jerónimo me acordé de El Ranchero"
Por : Antonio Casanueva
El domingo anterior, durante la segunda corrida de la temporada; "Mirando torear a Jerónimo me acordé de El Ranchero" Jorge Aguilar" . La cita sin duda, es muy diferente a la del famoso pasodoble del maestro Agustín Lara, pero el parecido en la forma de ejecutar el toreo, la longitud del trazo y la tersura de los muletazos de Jerónimo es semejante. Algo verdaderamente inédito; para un torero que 50 años después venga a parecerse a su antepasado.
Muchos antes que yo, que habían visto torear a Jerónimo en el campo, durante sus etapas novilleriles ya se les había ocurrido compararlos no solo por su toreo sino hasta por su modo. Sin embargo para mi, esta comparación era mas por el parentesco y el recuerdo al y del torero Tlaxcalteca, que por el parecido entre el toreo de ambos. Los dos toreros me parecían muy diferentes; Jerónimo mas artista y con mayor sensibilidad, en tanto que El Ranchero, mas recio, mas torero, y sobre todo con mayor longitud y temple en sus muletazos.
El toreo del Ranchero Aguilar y me refiero muy especialmente a aquellas inolvidables actuaciones en las primeras corridas de la temporada 1952-53 en el coso de Insurgentes, era largo, ligado y con mucho temple, como pocos se habrán visto en los 62 años de vida de este coso.
Especialmente recuerdo que mas de cincuenta mil almas le concedieron 3 orejas la primer tarde y el rabo de "Montero" de San Mateo en la segunda, luego de una faena inolvidable, de la que para quienes estuvimos presentes, recordaremos aquellos 24 naturales, tan idealizados durante todo este tiempo.
El domingo anterior, sin embargo, en su faena al cuarto toro de la tarde, un precioso, suave y bravo toro de Garfias, llamado "Sesenta años" queriendo significar la trayectoria del ganadero, Jerónimo, desde mi punto particular de vista, no solo entendió a su enemigo, sino que poniéndose en donde el toro se lo pedía, lo toreó por derechazos excelentes, claros, suaves, templados y de larga dimensión, en una faena en que cada serie, fue magníficamente bien rematada, ligando a la perfección de tal manera que dio unidad y belleza a su faena, tanto o mas que aquella de "Montero" arriba mencionada.
Según se había dicho, Jerónimo estaba decidido a retirarse de la profesión, tal vez debido a la mala suerte o a las pocas oportunidades, tanto así que en los últimos meses poco o nada le habíamos visto aparecer en los carteles, pero por su afición aunada a este incuestionable triunfo, estamos seguros que lo harán recapacitar para seguir adelante hasta consolidarse en el gusto y las preferencias de la afición.
Como lo esta siendo para "El Jeros", para El Ranchero Aguilar, aquellos años de lucha tampoco fueron fáciles, al grado que luego de sus primeros éxitos novilleriles, se vió obligado a renunciar a la alternativa y reaparecer como novillero a la altura de la quinta temporada de novilladas celebrada en el coso monumental, debiendo alternar ahora con otros principiantes, logrando ponerse a la cabeza de todos ellos y cortarle las orejas y el rabo a "Pistachero" primero y "Tragaldabas" y "Raspinegro" de La Laguna después, consolidándose como el triunfador de tan larga temporada menor y llegando nuevamente a tomar la alternativa.
Esta segunda ceremonia se dio en la Plaza México el 28 de enero de 1951, recibiendo la borla de manos del portugués Manolo Dos Santos, quien le cedió al toro "Cartonero" de La Laguna, siendo testigo Jesús Córdoba . Marchando a España donde permaneció dos temporadas consecutivas, confirmando en Madrid el 13 de julio de 1952 de manos de Manuel Navarro con el toro "Caramelo" de Aleas.
Tal vez fue la madurez que le dio la estancia y experiencias allá en España por tan largo tiempo, las enseñanzas de su apoderado Curro Caro o simplemente que se encontró con la verdad de su toreo, pero a partir de esa temporada de la 52-53 y la faena al toro "Montero" de San Mateo en la sonada tarde del múltiple mano a mano, alternando con Juan Silveti, Manolo González y Dos Santos y dos ganaderías San Mateo y La Laguna, Jorge Aguilar se consolidó como gran figura del toreo, inmortalizando a muchos otros toros con grandes faenas, a lo largo de su vida.
De igual manera que esperamos, que haya sido este bravo y noble toro de Garfias lidiado en el cuarto lugar de tan lluvioso domingo, quien haya dado el espaldarazo a la carrera de Jerónimo Ramírez de Aguilar, para que los aficionados, podamos seguir disfrutando del "Toreo a la mexicana", que tanto nos gusta y apasiona.
Antonio Casanueva
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