21 noviembre 2008

EL FUNDÓN / Misóginos



Por: Francisco Tijerina E.

Noviembre 21

De un tiempo a la fecha nuestra compañera fotógrafa Laura Reséndiz ha debido soportar una cuestionable actitud por parte de la autoridad de callejón del Nuevo Progreso en Guadalajara. ¿Qué se esconde detrás de esta aberrante actitud?

Deseo, por principio, dejar en claro que no se trata de nosotros, del portal y de las facilidades para la cobertura informativa; eso permanece intacto y creemos que así seguirá. Este caso va mucho más allá.

Mucho hubo de luchar nuestra compañera Laura Reséndiz, excelente profesional de la fotografía, para romper con la obsoleta y decimonónica regla no escrita de que era imposible la presencia de mujeres en el callejón de una plaza de toros y especialmente la de Guadalajara; conquista que alegró a muchos, desde hace tiempo se le abrió el paso al hasta entonces "recinto sagrado", pero con la llegada de un nuevo juez de callejón los problemas volvieron a surgir y con paciencia y prudencia Laura ha tenido que tolerar desde absurdas acusaciones hasta actitudes provocadoras de un "funcionario público" con criterio medieval.

Admiro y respeto la trayectoria profesional como banderillero de José Antonio Contreras "El Chatito de Acámbaro"; repruebo y condeno la actitud que ha tomado desde que llegó como representante de la autoridad en el callejón del Nuevo Progreso. Tal pareciera que se trata de dos personas diferentes, muy distintas, aunque el poder suele nublar la visión de las personas.

No es posible tolerar actitudes misóginas y retrógradas en un México que hace mucho tiempo cambió. Es urgente y preciso hacerle ver al señor Contreras que hombres y mujeres, como ciudadanos y profesionales, tienen y merecen un trato justo e igualitario a los ojos de la ley y de la sociedad. Los tapatíos, tan asiduos a copiar modas y gustos de otros lares, deberían de hacerle ver al juez de callejón de Guadalajara que en la plaza de toros de Las Ventas, de Madrid, catedral del toreo en el mundo, desde hace mucho tiempo nadie impide la presencia de mujeres en el callejón y mucho menos les anda poniendo infantiles trabas y piedritas en el camino.

Faltaría ver qué opina el presidente municipal de Guadalajara, Alfonso Petersen, y la regidora presidenta de la comisión de espectáculos, Marta Estela Arizmendi, de la actitud asumida por quien les representa en el callejón de la plaza de toros titular tapatía. El jefe directo de Contreras, el juez Javier Sierra, ya ha sido enterado con anterioridad de todos estos problemas y aunque siempre se deslinda, nunca ha hecho nada por resolverlos, por lo que técnica y legalmente es copartícipe no sólo de un atentado en contra de la libertad de expresión, sino de una violación flagrante al derecho constitucional que tiene cualquier persona de ejercer libremente su profesión.

No es el callejón de Guadalajara un "Club de Tobi" en el que "no se admiten niñas". No es el callejón del Nuevo Progreso propiedad de José Antonio Contreras durante los días de festejo; no le hacen "un favor" a Laura Reséndiz, ni a nosotros tampoco, con dejarle estar en un burladero anterior cumpliendo con su labor informativa. La relación debe enmarcarse en un trato entre profesionales, ellos desde la perspectiva de cumplir y hacer cumplir un Reglamento Taurino y de nuestra parte de informar respetando y acatando las disposiciones insertas en dicho Reglamento, pero ojo, sólo las disposiciones contempladas en la normativa y no las necedades, imposiciones, prohibiciones, acusaciones sin sustento y los inventos de una prolija imaginación que dedica sus esfuerzos más a molestar a nuestra compañera que a cumplir con su encomienda.

No podemos tolerar una diferencia más, una actitud discriminatoria más, una acción misógina más. ¡Basta ya señor Contreras! No pretendemos un trato superior al de nadie, pero tampoco estamos dispuestos a soportar sus desaires de macho del Siglo XIX; no podemos, no debemos, permitir que le siga faltando el respeto a nuestra compañera, no toleraremos una insolencia más; el domingo anterior usted rebasó el límite de lo permisible y es por ello que denunciamos su acción.

Espero, sinceramente, de su parte una actitud distinta a partir de ahora hacia Laura y hacia todas las mujeres que tengan la necesidad, por motivos de trabajo o cualquier otra circunstancia, de cruzarse en su camino. No deseamos, reitero, alfombras rojas o de flores, sino un trato de respeto, cordialidad, civilidad, cultura y nivel. ¿Le resulta muy difícil?

Conmino a don Javier Sierra a poner orden, porque eso es parte de su obligación en el coso, y como autoridad máxima en la plaza controlar la actuación de sus subordinados. Estoy seguro que mis palabras no caerán en oídos sordos.

Finalmente, en tiempos en que la Fiesta requiere de proyección y difusión, la labor de Laura con su cámara, de muchas otras mujeres con su pluma, de las aficionadas en el tendido, resulta esencial. Es tiempo de sumar y multiplicar, no de restar ni dividir. Exhorto a todos, mujeres y hombres, a terminar con absurdas diferencias que en nada ayudan y que perjudican a nuestra Fiesta.

Las mujeres tienen y deben tener siempre un lugar de honor en la vida y por tanto en la Fiesta. Larga seria la lista de grandes mujeres que no sólo han tomado la pluma, el micrófono o la lente, sino que rompiendo barreras han llegado al ruedo como figuras de la talla de la añorada Maestra Conchita Cintrón, tan apreciada en Guadalajara. Si del tendido han bajado al ruedo y antes de éste último está el callejón, me sigo preguntando, ¿de qué se espanta el señor Contreras?

burladerodos.com


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