16 agosto 2009

El inolvidable Manolo





  • Por: Luis Alberto Madrigal,

El Porvenir


Domingo, 16 de Agosto de 2009

La palabra inolvidable suele encerrar ciertas cosas de la vida: un amor, un viaje, una canción,

una pasión... o un ídolo; y Monterrey, México y el mundo jamás olvida al matador Manuel Martínez Ancira, mejor conocido en el ámbito taurino como Manolo Martínez.


En el ruedo su vida fue excelencia, deslumbró a propios y extraños, genio y figura, pero un 16 de agosto de 1996, el matador regio dijo adiós a este mundo lejos de su natal Monterrey, su ciudad donde vio la luz por primera vez el 10 de enero de 1949.

Hace 13 años, Manolo Martínez falleció a los 49 años de edad en un hospital de La Joya, California; debido a un cáncer en el hígado, debido a la hepatitis crónica, producto de la cornada sufrida ante “Borrachón”, en la Plaza de Toros México, cerca del ocaso de su carrera.


Manolo comenzó su carrera en los ruedos a los 18 años de edad, el 1 de noviembre de 1964 como novillero en la Plaza La Aurora en el Distrito Federal, al lado de Alberto Cosido, Antonio Guzmán y Gonzalo Vega, con reces de La Laguna.


Su Alternativa la tomo un 20 de junio de 1965, siendo Manolo la causa para que Lorenzo Garza regresara al ruedo el 7 de noviembre para constatar su alternativa, teniendo como testigo a Humberto Moro, de Linares, donde con “Traficante”, de la ganadería Mauapan, corto un apéndice.


La confirmación de Manolo como matador de toros en la Plaza México fue el 12 de febrero de 1967, acompañado por Juan García Mondeño, y con “Cid”, de Mihuapan, se llevo su apéndice en la Grande.


De versatilidad inocultable en el tercio, acostumbró a deleitar los tendidos y empaparse de aplausos, siempre respondiendo en el redondel con triunfos, no por nada se llevo 91 apéndices en su carrera, 81 orejas y 10 rabos, aunque nunca indultó.


Su brillantez por las plazas mexicanas le abrieron la oportunidad de visitar la Madre Patria, siendo Toledo su primer estación, el 5 de julio de 1969, acompañado por Antonio Ordoñez y Francisco Camino, con ganado de Cunhal Patricio, donde deleitó al siempre difícil publico español y se llevo dos orejas.

Pero su mejor logró fue pisar el ruedo de Las Ventas el 20 de mayo de 1970, junto con Santiago Martín “Viti”, teniendo como testigo a Palomo Linares, y con “Santanero” de Baltazar Iván, corto un apéndice en dos presentaciones.

Para su desfortunio, su actuación no fue de gran impacto en la afición madridista y cancelo su segunda etapa en tierras ibéricas.


Se retiró por primera vez en 30 de Mayo de 1982, pero volvió a los ruedos en 1987 y finalmente colgó su traje de luces en 1990.

Seis años después cerro sus ojos y se dejo la tierra la ultima leyenda el toreo en Mexico.


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