Existen carteles que nacen desangelados y aunque sus componentes estén bien, no pasa nada, son de esos festejos Alzheimer que se extravían en la memoria y no dejan huella por ello un comentario a vuelo de pájaro servirá para remarcar que hay golondrinas que no hacen verano, como las que llegaron el domingo al nido de cemento, un Rafael Ortega que hace mucho dejó de decir algo, un ‘Fandi’ que cuando dice, dice muy poco y un Manuel Martínez que nunca dijo nada, así que cuando menos para decir algo diré un réquiem por la ganadería de Garfias y de San Isidro no hay casi nada que decir, bueno si, algo, unas de cal y otras de arena ¡Qué tristeza! siempre la maldita irregularidad
LORENZO GARZA GAONA
En el toreo decir Lorenzo es decir personalidad, decir Garza es decir embrujo, decir Gaona es decir mando, mas decir Lorenzo Garza Gaona es decir lujo torero que nació para iluminar los alberos con la llama nueva de la juventud de un chaval que posee un toreo mágico, mas lo importante de ello es, que este Lorenzo, tiene sello propio, no requiere de presentación, a leguas se sabe que es un torero en ciernes que trae espolones para gallo y el aroma de las esencias, es su perfume, se planta frente al toro con seriedad, no gasta el valor en váratelas aún más tiene el don de pensar frente al toro sin el almidonado de la academia, pues su toreo es fresco y ‘natural’ como esos que pega de aquí hasta allá sabrosamente despatarrado cargando la suerte, tiene gusto por la filigrana con la que borda las creaciones hasta convertirlas en fantasía, el toreo por alto lo esculpe como mármol sólido y hermoso, sabe medir al toro y sus terrenos e intuye la lidia hasta que el burel pide la toledana con la que este Lorenzo Garza Gaona es un precoz maestro que fulmina sin miramientos, mas fuera del ruedo sigue siendo tan torero, erguido en el andar, elegante en el vestir, con el puro entre los labios cobra un aire misterioso que en su arder alienta a las evocaciones de sus ancestros, sin duda estamos ante un torero de gran percha que Sevilla nos lo devolverá templado, por lo que desde ¡ya! hay que grabarse su nombre, pues no es uno más es ¡Lorenzo Garza Gaona!
Nada mas espléndido para comenzar el puente ‘Guadalupe - Reyes’ que llegar al remanso cautivador de la cabaña brava de ‘La Guadalupana ’ donde el verde boscoso y el azul del lago, dan marco al hierro de la divisa tabaco y celeste en la que Don Juan Flores Chávez recibe a sus invitados a Porta Gayola y sin mas, nos viene a la memoria aquel año de 1987 cuando esta ganadería debutara por partida doble tanto en Zacatecas en donde Manolo Martínez le daba la bienvenida, mientras que en Cd. Juárez, Mariano Ramos y Jorge Gutiérrez honraban al nuevo hierro fundado con pies de cría de San Antonio de Triana, Cerro Gordo, Garfias y luego Cabrera lo que prometía mucho y el pronóstico no falló sino que le dio fuerza a sus toros para que a principios de los 90’s llegaran hasta la Plaza México y de ahí pa’l real, ir desarrollando una casta propia y es que Don Juan respaldado con su prosapia ganadera ha logrado imprimirle a sus bureles una bravura muy definida aparejada con envidiable trapío que lucen los bureles guadalupanos y que hace que hoy mas que nunca los empresarios deban voltear hacia ellos, pues por lo observado en la coqueta plaza de tientas quedo confirmado que tanto las becerras como los toros andan por las nubes así que ante ello, me quito el sombrero para dar la ¡En Hora Buena! a Don Juan Flores Chávez ganadero chipén de altos vuelos.
ADIOS AMIGO
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