foto Sergio Hidalgo
- por óscar MEJÍA
La administración de la plaza México insiste en hacer las cosas al revés, en medio de su evidente ignorancia de lo que es la fiesta brava atendiendo primero, antes que al bienestar de la fiesta, a no sé que compromisos o intereses.
Es terco Herrerías en tratar de favorecer a los toreros extranjeros. A cambio de absolutamente nada, porque ni siquiera sirve para promover reciprocidad para los nuestros y obsequia toda clase de facilidades a toreros, respetables todos, que por querer ayudarles tanto, termina por echar todo por la borda. Como ayer en la décima corrida de la temporada en La México.
¿Que ganó Sebastián Castella con que le abuchearan y le pitaran a la salida de la res de escaso trapío segunda de su lote, probablemente sin la edad suficiente y para colmo mansurrón?, ¿que ganó el público que le dieron toros que no lo parecían, buscando por donde brincarse, habiendo pagado un boleto para ver toros bravos con edad peso y trapío y aguantando estoica, heroica diría yo, lo helado del airecito? ¿Que ganó la fiesta y su virtudes como la verdad y la gallardía, cuando la gente sale decepcionada porque alguien que no ama ni entiende a la fiesta brava, al toro y sus sacerdotes, sin respetarla, sin promoverla, que sin merecerlo tiene el sartén por el mango y por querer hacerle el favorcito al francés Castella, que no lo necesita porque es un gran torero todos lo hemos visto, nos arruina una magnifica oportunidad de vivir una gran experiencia taurina, porque el cartel lo formaron tres matadores de toros de alto rendimiento, como la que vivimos el domingo anterior con los xalpeños, y un torero nada modesto, no señor, Fabián Barba.
Si hacer las cosas bien cuesta el mismo trabajo que hacerlas mal, ¿Por qué Herrerías y sus ayudantes se empeñan en preferir hacerlo todo tan mal?
…remato En Los Medios
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