31 octubre 2010

JOSELITO ADAME Y MARIO AGUILAR A HOMBROS EN LA CORRIDA DE LAS CALAVERAS.

  • por Pedro Julio Jimenez Villaseñor
LA SORPRESA de la tarde  Mario Aguilar 
foto publicada en Altoromexico.com
QUE LASTIMA del desaire del público a la corrida De Calaveras, la entrada fue de un tercio del aforo aproximadamente, brillaron por su ausencia el gobernador y el alcalde pero lo que nos interesaba era lo que veríamos en el ruedo, quienes dejaron de ir no saben de la que se perdieron, muestra inequívoca que sí hay afición abrileña, la que asiste a dejarse ver, no saben de la que se perdieron.
Los toros de San Isidro. Algunos justos de presencia que nadie reclamó por eso, sin embargo el lidiado en tercer lugar fue ovacionado en su camino al destazadero, el quinto mereció el honor del arrastre lento y todos pelearon al caballo de manera muy correcta.
De los espadas.
VAYA AGARRÓN que se han dado la tercia, Fabián Barba, Joselito Adame y Mario Aguilar. Decíamos anteayer que el coso Monumental habría de convertirse en un palenque donde atestiguaríamos el pleito de tres gallos de pelea y no nos hemos equivocado en esta predicción, los tres han salido a mostrar una enorme vergüenza torera y dejarnos ver que en ellos hay tres figuras del torero en ciernes y con posibilidades prontas de ser figuras mandonas de la toreria nacional.  
BARBA, PRIMER espada, de blanco y oro, vio como se regresaba a su primero, “Compadre”, numero 43 de 482 kilos, antes de pegarle el primer capotazo, un infantil error del subalterno Ricardo García, “Caminito”, que lo estrelló en el burladero de matadores, lo dejó arreglado para que de inmediato la H. Autoridad lo cambiara al notar el pitón izquierdo fracturado desde la cepa. 
EN EL primero bis, “Tanguito”, numero 47, de 474 kilos, Fabián se vio aseado y escucho palmas al retirarse al callejón. En su segundo se fue a porta gayola y así de hinojos le pegó hasta cuatro faroles de rodillas a “Cielo Rojo” de 510 kilogramos, marcado a fuego con el numero 21. Instrumento un escalofriante quite por gaoneras y al rematar todos notamos que de inmediato volteó a buscar la cara de sus alternantes en forma retadora ya que tanto él como ellos iban por todas, con la muleta un valentísimo péndulo para continuar pegando una tanda de derechazos de rodillas. De pie logró pases con ambas manos pero quizás ahogando al de San Isidro que no se la perdono por no reponerse a tiempo y llevarse tremenda maroma que afortunadamente no pasó a mayores y después de una estocada pasear un apéndice a petición del publico. A pesar de esto creo que en esta ocasión Fabián nos quedo a deber.
JOSELITO ADAME, de azul y oro, lidió en su primer turno a “Pichi”, de 478 kilos, luciendo el numero 46. Verónicas aceptables y ajustadas chicuelinas, ovacionado en banderillas, con la muleta se gustó toreando por naturales, palmas al retirarse. En su segundo, “Juguetón”, de 462 kilos y numero 5, instrumento el quite “de la casa”, el de “Zapopinas” ante la algarabía en los tendidos ya que le salio pintado, volvió a banderillear de maneras correctas, con la muleta le vimos tandas cortas por ambos lados y llegando al respetable, una estocada entera, un acertado descabellos y las dos orejas. Arrastre lento al pupilo de los señores Guerra Ibarra.
LA SORPESA de la tarde no la hemos llevado con Mario Aguilar quien en el primero de su lote hubo momentos que literalmente detuvo el tiempo, sentado en propios riñones toreó lentamente de capa y con la muleta ni se diga, fue de menos a más y con un extraordinario temple, intercalando adornos que fueron “de pintura”, uno de trincherilla como para hacer un monumento, caminándole a su enemigo de forma segura y derrochando toreria. Es en este toro que se da un detalle que quiero recalcar a continuación. En un momento de la faena, ya con la gente totalmente entregada, la banda de música arrancó a instrumentar un pasodoble, Mario pausadamente volteó hacia las alturas y respetuosamente solicitó al señor director que no siguiera tocando, no lo dijo pero todos los presentes entendimos, él quería imponer el tono, la resonancia y sonido a su faena y la repercusión con las gradas fue de inmediato al dejarse escuchar una ovación a su favor de parte de los asistentes por esa decisión. Con la música interpretada con su muleta gano a toda ley dos apéndices. En su segundo se le despidió con palmas antes de abandonar el coso en la compañía de joselito y a hombros ambos.  
CONCRETANDO… Que lastima por aquellos que no asistieron, hoy presenciamos el inicio de la nueva época del toreo mexicano, lo habíamos escrito en días pasados, no nos equivocamos… Nos Vemos.

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