24 septiembre 2012

GRAN TRIUNFO DE ENRIQUE PONCE Y SALDÍVAR EN EL CIERRE DE ZACATECAS,


 ZOTOLUCO PIERDE EL TRIUNFO AL FALLAR CON LA ESPADA.
Zacatecas, Zac. 23 de Septiembre de 2012.
Casi se llenó la Monumental Zacatecana para ver el cierre de la feria, con un gran ambiente, se lidiaron siete toros de la Gandería de José Marrón, bien presentados, sobresaliendo los corridos en segundo, quinto y sexto lugares. El de regalo también se dejó.

Zotoluco, se enfrentó en primer lugar un toro cárdeno de la ganadería de Marrón que tuvo nobleza pero fue muy soso y transmitía poco.
Lo recibió con un farol de rodillas e hizo un lucido quite por chicuelinas. Con la muleta lo consistió mucho y le pego series de mucho mérito con ambas manos. Desgraciadamente lo pincho en tres ocasiones para luego señalar una estocada entera y ser silenciada su labor.
Con su segundo, al que le pesaron mucho los kilos, lo intentó todo, desgraciadamente el toro se rajó, refugiándose en tablas, por lo que tuvo que abreviar. Lo mató de un pinchazo y una estocada, escuchando palmas al retirarse a la barrera.
Al no tener suerte con su lote, regaló un toro de la misma ganadería la que le hizo una gran faena con ambas manos, escuchando música. Desafortunadamente lo pinchó y tuvo que hacer uso del descabello, por lo que perdió las orejas que tenía ganadas.

Enrique Ponce, con el segundo de la tarde, un toro al que había que consentir mucho, logró cuajarle una faena con ambas manos, que pronto hizo eco en los tendidos. Faena de mucho temple y mimo.
Lo mató de tres cuartos de estocada en buen sitio y el juez le otorgó una oreja.
Su segundo toro, fue devuelto por el juez, y saltó a la arena un toro de la misma ganadería, que fue de menos a más y tuvo mucha nobleza. El valenciano lo toreó por nota con ambas manos, y le receto una estocada entera ligeramente caída, por lo que el juez le otorgo las dos orejas entre gritos de torero!, torero!.

Arturo Saldívar en su primero, se enfrentó a un toro que presentó muchas complicaciones, y aunque estuvo esforzado a lo largo de toda la faena, poco pudo hacer con su enemigo, por lo que decidió abreviar.
Lo pinchó en un par de ocasiones y lo mató de una estocada caída. Silencio.
En su segundo, sexto de la tarde, se enfrentó a un toro muy bravo, plantándole cara, y consiguiendo cuajarle una buena faena por ambos pitones, coronando la misma con una estocada entera en todo lo alto, para cortarle dos merecidas orejas.

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