FANALES COLORADOS
Ante lo acontecido el
sábado último en Cinco Villas, donde se
encendieron los fanales colorados de una
plaza que se distingue por izar la bandera del trapío el cual para quien no lo
sabe, es una cosa muy distinta a toritos bonitos, mas vayamos jalando la hebra
que desató la anormalidad la cual inició desde el momento en que los ganaderos
que mandaron la mansedumbre de Santoyo, San Isidro, Los Encinos y Monserrat,
ignoraron que en Cinco Villas las novilladas se dan con novillos excelsos,
tanto en su morfología como en sus cornamentas y no con nada por debajo de ello,
como dijo aquella cubanísima a la que el trapío le sobraba;
Tú me acostumbraste
a todas esas cosas,
y tú me enseñaste
que son maravillosas
por eso es que los cuadrúpedos cobijaron su ternura
con la inofencivilidad que pedía edad y trapío, lo cual el veedor-asesor de la
empresa, debió de informar al patrón que lo que le estaban ofreciendo no estaba
para la solvencia y el prestigio de esa plaza
y es que siendo realistas salvo uno al que le empezaban a salir los
bigotes los demás estaban como bikinis en Acapulco, unos apenitas en la rayita
y los otros de plano dando las nalgas y aun así los aprobó, ¡Qué Pena! Y
vayamos ahora con lo relativo a;
Antonio Mendoza de
quien ya hemos dicho está hecho de esa pasta con la que se moldea la base
primaria de las figuras del toreo, mas sin embargo hay que decir que le está faltando llevar en
la espuerta el plan B y el C los cuales son para ejecutarse en situaciones que
suelen presentarse y que pueden llegar hasta la emergencia, esos planes
implican salirse o variarle a su sello que en el caso de Antonio Mendoza, es el de la
pureza mexicana esa que en el menú gourmet viene en el apartado de especialidad
de la casa, pero a la que a veces hay que condimentarla con algo de picosín y
pimienta es decir; Antonio tiene que aprender a venderse al tendido aunque se
salga de su estilo de sobriedad con algo de alegoría y hasta de
espectacularidad, ¿Qué no es su línea? ¡Ya lo sé! pero en caso de emergencia el
que se da cuando las orejas están bien atornilladas hay que echar mano de todo
lo que se tenga a la mano, hubo un momento en que abajo del palco le puso los
cojones al burel en los diamantes y el muslo de carnada… pero no lo cacareo y
el momento se fue sin ruido y por eso es que hay quienes piensan que le falto
enjundia, cuando en realidad lo que le
falto fue histrionismo, pero como este chaval goza de inteligencia, capacidad y
voluntad pa’ la próxima lo veremos en torero de arte; si hay lienzo pa’
bordarla y en creativo y hasta explosivo;
si hay que inventarse una faena, ¡Como Chingaos no!
Pero ahí no termino
todo, el español Ginés Marín que es un torerillo como hay muchos y por lo tanto
no hay que gastar pa’ verle. A un bobalicón enjuto le receto muletazos de esos que pega cualquiera y
que provocaron que parte del público de almíbar le otorgara una
orejilla y otro puñado dejándose llevar por la bullanguería o tal vez
por el espejismo que les provocó el
haber estado expuestos al sol o por cachondeo, ondearon desquiciantes los
kleenex pidiendo hasta las criadillas
del difuntito, lo cual provocó que el
juez Conrado García el que ya había dado
muestras de falta de conocimientos, autoridad y criterio para aplicar el
reglamento se dejara manipular por el puntillero Fernando Ríos y por la tardanza
de arrastre para conseguir que le
mocharan otro pedazo de retazo en aras de
mancillar el prestigio de Cinco Villas, por lo tanto ahora Don Luis Marco Sirvent
tendrán que ajustar tuercas desde
corrales donde ‘Ya está cerrada con tres candados y remachada la puerta negra’ hasta autoridades de palco e incorporando la
de callejón, lo cual lograría echando mano de nombres de jerarquía como el del
matador Jesús Córdoba, el taurino Paco Camino Gaona o el crítico Oscar Mejía.
Y vinieron los
Recortadores Españoles con un espectáculo que enrojeció las palmas de tanto
aplaudirles y solo sugerir que el toro de Lecumberri Hermanos, que quedo vivo
sea lidiado a muerte a puerta cerrada para evitar suspicacias de que fue
toreado en otro festejo, pues eso sería gravísimo para su prestigio señor
empresario y usted no está pa’ hacerse el haraquiri.
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