29 de junio de 2009
Surge una nueva promesa
Horacio Soto Castro
La Plaza México registró una floja entrada para la cuarta novillada de la temporada, pues antes de iniciarse el festejo estuvo lloviendo, y público y aficionados se abstuvieron de asistir, cubriendo los tendidos con los cabales, esos aficionados irredentos que prácticamente son cautivos de la fiesta.
Y como dicen en el medio taurino "lluvia antes de las tres, buena tarde es" y luego se apagó la lluvia y salió el sol, aunque al final sopló el viento, pero dejó estar a los alternantes.
Lo sobresaliente en este festejo fue el surgimiento de una nueva promesa de la fiesta, el tlaxcalteca Jaime Ruiz, quien causó una grata sorpresa a pesar de que le escamotearon una oreja que tenía ganada a ley, pero a cambio de ello le obligaron a dar la vuelta al ruedo entre las ovaciones de los asistentes.
Ya le habíamos hecho referencias de este joven de Apizaco, que reúne cualidades
más que suficientes para caminar por esos ruedos; primero, porque deja ver su percha de torero, su personalidad, juventud, valor y determinación, y es poseedor de un sentido del temple único. Pisa firme sobre el ruedo y camina desahogadamente, con elegancia y prestancia y nunca pierde la compostura frente a los novillos.
En Jaime Ruiz hay un torero que viene a engrosar las filas novilleriles y el número de nuevos valores en esta temporada, que ya se descompuso desgraciadamente.
Hay que señalar que Jaime está nuevo todavía, pero con un poco más de experiencia va dar mucho de que hablar. Veroniqueó aceptablemente y logró un quite por gaoneras superiores y cerrando el capote elegantemente, arrancando las ovaciones en su honor.
Se fue al centro del ruedo y logró la sernistas sin pestañear y rematar con el pase del desdén. Y luego se dio a torear con la de cobrar, la zurda, logrando muletazos de alto grado de temple y arte. Pases muy limpios que le corearon intercalando ayudados, pero el novillo ya no le repitió.
Dos veces estuvo a punto de ser empitonado y terminó con bernardinas que le corearon. Se fue por derecho y cobró una estocada para que doblara la res. Petición nutrida de oreja que el llamado juez ignoró olímpicamente.
Lo hicieron salir al tercio y luego lo obligaron a dar la vuelta entre nutridas ovaciones.
En su segundo sopló fuerte el viento y le impidió desarrollar su toreo. Sin embargo a despecho de las condiciones climatológicas logró ayudados y nuevamente naturales superiores y terminó con manoletinas para pinchazo y estocada, retirándose entre palmas.
MATEOS
Abrió el festejo el poblano Alfonso Mateos, quien repitió y ante un astado débil estuvo acelerado con el capote y con la franela logró muletazos por ambos lados, unos mejores que otros pero sin llegar a redondear. Estocada defectuosa, pinchazo, media y descabello para retirarse en silencio.
Con su segundo cuajó una tanda de chicuelinas y cubrió el tercio de banderillas en forma efectiva. Al intentar un ayudado fue prendido, pero sin consecuencias y siguió toreando por ese lado intercalando muletazos por la espalda y la vitolina. Una faena sin mucha ligazón ante un buen toro que mereció mejor suerte. Toreó sin ajustarse, lo que le restó emoción a su labor. Media tendida y descabello. Petición de oreja y el juez inmediatamente la soltó en forma dadivosa.
JOSÉ PEDRO
También hizo su presentación en el embudo de Insurgentes el leonés José Pedro Rodríguez, quien tuvo buenos momentos en muletazos por ambos lados, pero también sin redondear. Dio muchos pases, algunos con temple, pero sin mayor relieve. Mató pronto a sus enemigos y se retiró en silencio. Necesita placearse más.
Los subalternos Christian Sánchez y Gustavo Campos saludaron en el tercio por sendos pares de banderillas y el picador Carlos Domínguez fue aplaudido por estupendo puyazo al último de la tarde.
ESTO
La Plaza México registró una floja entrada para la cuarta novillada de la temporada, pues antes de iniciarse el festejo estuvo lloviendo, y público y aficionados se abstuvieron de asistir, cubriendo los tendidos con los cabales, esos aficionados irredentos que prácticamente son cautivos de la fiesta.
Y como dicen en el medio taurino "lluvia antes de las tres, buena tarde es" y luego se apagó la lluvia y salió el sol, aunque al final sopló el viento, pero dejó estar a los alternantes.
Lo sobresaliente en este festejo fue el surgimiento de una nueva promesa de la fiesta, el tlaxcalteca Jaime Ruiz, quien causó una grata sorpresa a pesar de que le escamotearon una oreja que tenía ganada a ley, pero a cambio de ello le obligaron a dar la vuelta al ruedo entre las ovaciones de los asistentes.
Ya le habíamos hecho referencias de este joven de Apizaco, que reúne cualidades
más que suficientes para caminar por esos ruedos; primero, porque deja ver su percha de torero, su personalidad, juventud, valor y determinación, y es poseedor de un sentido del temple único. Pisa firme sobre el ruedo y camina desahogadamente, con elegancia y prestancia y nunca pierde la compostura frente a los novillos.
En Jaime Ruiz hay un torero que viene a engrosar las filas novilleriles y el número de nuevos valores en esta temporada, que ya se descompuso desgraciadamente.
Hay que señalar que Jaime está nuevo todavía, pero con un poco más de experiencia va dar mucho de que hablar. Veroniqueó aceptablemente y logró un quite por gaoneras superiores y cerrando el capote elegantemente, arrancando las ovaciones en su honor.
Se fue al centro del ruedo y logró la sernistas sin pestañear y rematar con el pase del desdén. Y luego se dio a torear con la de cobrar, la zurda, logrando muletazos de alto grado de temple y arte. Pases muy limpios que le corearon intercalando ayudados, pero el novillo ya no le repitió.
Dos veces estuvo a punto de ser empitonado y terminó con bernardinas que le corearon. Se fue por derecho y cobró una estocada para que doblara la res. Petición nutrida de oreja que el llamado juez ignoró olímpicamente.
Lo hicieron salir al tercio y luego lo obligaron a dar la vuelta entre nutridas ovaciones.
En su segundo sopló fuerte el viento y le impidió desarrollar su toreo. Sin embargo a despecho de las condiciones climatológicas logró ayudados y nuevamente naturales superiores y terminó con manoletinas para pinchazo y estocada, retirándose entre palmas.
MATEOS
Abrió el festejo el poblano Alfonso Mateos, quien repitió y ante un astado débil estuvo acelerado con el capote y con la franela logró muletazos por ambos lados, unos mejores que otros pero sin llegar a redondear. Estocada defectuosa, pinchazo, media y descabello para retirarse en silencio.
Con su segundo cuajó una tanda de chicuelinas y cubrió el tercio de banderillas en forma efectiva. Al intentar un ayudado fue prendido, pero sin consecuencias y siguió toreando por ese lado intercalando muletazos por la espalda y la vitolina. Una faena sin mucha ligazón ante un buen toro que mereció mejor suerte. Toreó sin ajustarse, lo que le restó emoción a su labor. Media tendida y descabello. Petición de oreja y el juez inmediatamente la soltó en forma dadivosa.
JOSÉ PEDRO
También hizo su presentación en el embudo de Insurgentes el leonés José Pedro Rodríguez, quien tuvo buenos momentos en muletazos por ambos lados, pero también sin redondear. Dio muchos pases, algunos con temple, pero sin mayor relieve. Mató pronto a sus enemigos y se retiró en silencio. Necesita placearse más.
Los subalternos Christian Sánchez y Gustavo Campos saludaron en el tercio por sendos pares de banderillas y el picador Carlos Domínguez fue aplaudido por estupendo puyazo al último de la tarde.
ESTO
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