02 septiembre 2009

Hace 3 años nos dejó SILVERIO

Parte plaza el Faraón de Texcoco



A partir de ahora se recordará a Silverio Pérez Gutiérrez como una bella leyenda de la tauromaquia nacional e internacional






El Universal
Ciudad de México
Sábado 2 de septiembre de 2006

14:02 Con el fallecimiento de Silverio Pérez Gutiérrez, se fue una parte importante de la historia del toreo en México, y a partir de ahora se le recordará como una bella leyenda de la tauromaquia nacional e internacional.

"El Faraón de Texcoco" tenía 90 años de edad, y se lleva con su muerte una serie de recuerdos imborrables. Don Silverio nació un 20 de noviembre de 1915 en el poblado de Texcoco, Estado de México.

En 1935 Silverio cumplió con una destacada gira como novillero por toda España, y posteriormente, el 6 de noviembre de 1938, tomó la alternativa como matador de toros en la ciudad de Puebla, de manos de Fermín Espinosa "Armillita Chico", con Paco Gorráez como testigo.

Su confirmación en la ciudad de México llegó un 11 de diciembre también de 1938, en la Plaza de Toros de la Condesa, nuevamente de manos de "Armillita", y como testigo Fermín Rivera, padre del también ya fallecido Curro Rivera.

La fama del "maestro del trincherazo" llegaba hasta tierras españolas, donde cumplió con una destacada gira como novillero en 1935, antes de su retiro definitivo en la Plaza México el 1 de marzo de 1953, y de hecho fue Silverio quien sacó la cara por el toreo mexicano cuando nadie parecía hacer sombra a Manuel Rodríguez "Manolete".

"Silverio elabora un toreo estrujante, no propio para cardiacos, emotivo, emocionante", eran frases comunes en cada una de sus actuaciones por parte de los grandes cronistas de la época como Paco Malgesto, Pepe Alameda y Sordo Noriega.

Considerado el último de los toreros con vida de la época de oro de la tauromaquia mexicana, sufrió la fuerte pérdida de su esposa María de la Paz Domínguez Jimeno, "La Pachis", el pasado 14 de noviembre de 2005, lo que le afectó en su ya de por sí deteriorada salud.

La baraja de excelentes toreros mexicanos con las que Silverio compartió sus éxitos, estaba conformada entre otros por "Armillita", Rivera, Lorenzo Garza, Carlos Arruza, Ricardo Torres, Luis Castro "El Soldado", Luis Procuna, Manuel Gutiérrez "El Espartero", y José Gonzáles "Carnicerito de México".

Ayer por la noche, el estado de salud del "Tormento de las Mujeres" -como le nombrara el compositor Agustín Lara en una de sus canciones a ritmo de pasodoble- era tan grave que recibió los Santos Oleos en su casa de Texcoco.

Previo a su fallecimiento esta madrugada, a Silverio le habían recomendado su hospitalización, a lo que el matador se negó, luego de haber sufrido una fractura de cadera hace un mes, pero él, valiente como siempre, decidió permanecer en su casa, al lado del recuerdo de su inolvidable "Pachis".

Silverio ahora podrá partir plaza en otros lugares, donde seguramente será recibido con una ovación de pie, y con pañuelos blancos en todo el tendido, en una tarde de sol, con su traje de luces, y acompañado por las notas de Agustín Lara que le canta las estrofas de su bella melodía del mismo nombre: "Silverio Pérez".


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