La viejita de la Colonia Nochebuena
- El espíritu de Doña Amparo, le dicen, y vaga en el túnel que conecta con la Plaza México
- Todo empezó como un especial de Día de Muertos... pero hemos encontrado mucho más
- Personal del estadio se ha acostumbrado a convivir con los fenónemos paranormales
Muchos lo saben pero lo callan. En el túnel que une al Estadio Azul con la Monumental Plaza México, espantan, así como en otros rincones de estos dos legendarios colosos de la Colonia Nochebuena.
La gente que trabaja y ha trabajado en el hoy Estadio Azul, tiene un manojo inacabable de historias sobre los sustos que se han llevado, que son tema de conversación recurrente en los vestidores del estadio, de donde a nadie le gusta ser el último en salir ya avanzada la tarde.
Más de uno ha visto la sombra de lo que parece ser una anciana sobre todo en el túnel, pero también ronda esporádicamente en los tiros de esquina y en las tribunas. A más de uno le han escondido su ropa, sus zapatos o sus tenis, y cuando cae la noche, todos prefieren salir acompañados del inmueble.
Uno de los cronistas de la zona de Mixcoac, Pablo Miguel Vázquez, relata que desde los años 20 hay textos periodísticos que consignan sucesos extraños y paranormales en la Colonia Nochebuena, principalmente donde estaban las ladrilleras “La Guadalupana” y “Nochebuena”, de donde toma el nombre dicha colonia.
De hecho, a consecuencia de esas ladrilleras varios puntos en esa zona están por debajo del nivel general del suelo como el propio Parque Hundido, situación que fue aprovechada para construir hacia abajo la Plaza de Toros y el Estadio Azul.
“Hay varios relatos en el diario 'Últimas Noticias' donde los vecinos de la zona hablan de una anciana que caminaba por las noches y se escuchaban sus lamentos por toda esta zona, que abarca del Parque Hundido a la Plaza de Toros y al Estadio Azul, hasta Insurgentes.
“Pero no sólo en ese periodíco sensacionalista de la época se toca dicho tema, también en El Universal y en el Excélsior se publicaron historias relacionadas que tienen su génesis en la ladrillera 'La Guadalupana', en un accidente donde murió uno de los obreros más ancianos que vivía ahí mismo.
“Este obrero de nombre Juan Martínez vivía en esa ladrillera con su esposa Doña Amparo, al morir Juan, la señora ya una anciana se quedó a vivir ahí, pero los dueños la quisieron echar del lugar. El último día que le dieron de plazo para dejar las instalaciones de la ladrillera desapareció, pero sus pertenencias, que sólo eran un par de vestidos, unas imágenes religiosas y veladoras, nunca fueron reclamadas y fueron sepultadas junto con el cascajo al iniciar las obras de la colonia y ambos estadios", relata el cronista.
Desde entonces y hasta la época actual, en construcciones cercanas y en lugares públicos, como el Estadio Azul, por ejemplo, se ha visto a una anciana que concuerda con la descripción de Doña Amparo, según las publicaciones de la época.
“Yo sí he visto una sombra recorrer el campo, de norte a sur entre semana, no es raro que nos apaguen y prendan las luces de las oficinas, o tocan la Puerta 1 del Estadio en las madrugadas pero nos asomamos por el espejo que hay y no es nadie. Muchas veces se nos desaparecen nuestras cosas, como tazas de café, o se escuchan las regaderas de los vestidores”, explica uno de los veladores del Estadio Azul.
“Otras veces hemos visto a una anciana en los palcos. Esto hasta de día ha sucedido cuando no hay actividad en el inmueble, muchos jardineros o personal de mantenimiento, han preguntado quién es la señora que está limpiando los palcos, y ya mejor ni les contamos la historia porque más de uno se ha espantado y ya ni siquiera trabaja bien”, relata otro de los vigilantes del inmueble.
Pero Doña Amparo no es la única que aseguran haber visto en el Estadio Azul. Algunos trabajadores, aunque con mucho menor frecuencia dicen que de repente aparece un charro en las tribunas. "Está vestido todo de negro, de repente los trabajadores temporales nos dicen que se metió alguien de la plaza, pero realmente no hay ese tipo de actividad. Dicen algunos que el charro negro vive en la Plaza y Doña Amparo en el Azul".
LIDIANDO CON EL FENÓMENO
En las últimas épocas se ha hecho una costumbre que en los partidos de alta convocatoria como el Cruz Azul-América o el Cruz Azul-Chivas, los equipos salgan por el macabro túnel que conecta el Estadio con la Plaza México para evitar a los medios de comunicación. Realmente son pocos los jugadores que conocen la historia de Doña Amparo, pero la gente encargada de la logística prefiere que los equipos salgan juntos para evitar algún susto o que el rumor se propague.
“De repente algunos jugadores voltean como si alguien les hablara, pero no tienen nadie atrás de ellos. Como no saben los antecedentes no se espantan y piensan que fue una broma de alguno de sus compañeros, pero los que sabemos la circunstancia del inmueble, nos damos cuenta de lo que realmente pasa", comentó uno de los más antiguos trabajadores del coloso que alguna vez recibió al Atlante, hoy es casa del Cruz Azul, pero al parecer siempre ha sido el hogar de Doña Amparo.
Medio Tiempo se ha dado a la tarea de investigar lo que sucede en el Estadio Azul. Comenzamos la historia como un especial de “Día de Muertos”, pero al recopilar las distintas historias descubrimos que esto distaba mucho de una leyenda urbana. En el inmueble cercano a Insurgentes suceden cosas extrañas, que igualmente se han repetido en los negocios aledaños y el estacionamiento del Suburbia y Superama que están a a unos metros. Sin embargo, es en el túnel que hay entre la cancha de futbol y la Plaza de Toros, donde hacen referencia la mayor parte de los testimonios, e incluso trasladarse por él al parecer es una proeza que a nadie le gusta llevar a cabo en solitario.
El equipo de Medio Tiemo se obsesionó con Doña Amparo y hemos decidido meter esta tarde-noche, cámaras y micrófonos al túnel del Estadio Azul. Los resultados, sin importar cuáles sean, los estaremos dando a conocer este viernes.
[MEDIOTIEMPO]
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