08 abril 2010

Aquellas faenas interminables

de abril de 2010

Tres a cargo de Ponce, Benítez y Macías
  • Francisco Lazo

AMIGOS, conforme se acerca el final de la Feria Internacional del Caballo Texcoco 2010, se avizora ya el inicio del tradicional Serial de San Marcos en Aguascalientes que dará comienzo el día 18 del corriente mes. En su programación se anuncian ganaderías y toreros triunfadores de la campaña del presente año en plazas de nuestra fiesta, pero desde luego falta todavía mucho camino por andar y muchas corridas de toros para decidir quienes encabezarán finalmente el escalafón. Y podría decirse que los resultados que se registran ya en lo que va del año no arrojan triunfadores definitivos por muchas razones, la primera de ellas que no todas las ganaderías y toreros lidian y participan en igual número de festejos, pues se torean en la mayoría de los casos ganado de diversas procedencias y coletas de diferentes habilidades. Lo que pone de relieve que el provecho que se obtenga es la perseverancia, esto es: que todos los hierros que jueguen sus toros los envíen a las plazas siendo de la misma simiente y camada para que tengan una visión clara de los productos que están criando. La primera condición que se debe observar es la bravura y su agresividad de la que se deriva el toreo y sólo en casos excepcionales aceptar un encierro por considerar que dará buen juego por su docilidad al que muchas veces se le ha llamado "nobleza", que no es otra cosa que la mansedumbre dúctil y que por lo tanto no tiene el mérito suficiente para calificarlo como el ideal. Y sucede también que en muchas ocasiones se llena de improperios a un toro enrazado y muy bravo, avispado, que hace honor a su especie y que trae huyendo por todo el ruedo al torero que no es capaz de torearlo. En rigor ese toro sería el propicio con el que el torero debe mostrar su arrojo imponiéndose al temor y peligro, dominando al fiero animal como primer requisito para llamarle diestro y aplaudirle su bizarría. Poco a poco se han venido incluyendo en nuestra fiesta más toros de simiente puramente española nacidos en México y se dice que lo hacen porque son más bravos y prontos en la embestida, pero resulta que se les castiga muy poco en varas y a veces sólo con pellizcos y aun así su lidia es muy corta y en general poco lucida por llevar la cabeza muy arriba. Diríamos que lo bueno de este ganado es su presencia, bajitos, largos, fuertemente armados, pero su juego no satisface totalmente al público mexicano que está acostumbrado a las faenas prolongadas que genera el nuestro. Prontamente esos astados de sangre ultramarina van decreciendo en su pelea y consecuentemente en emoción pues su agresividad no tiene consistencia y decae rápidamente, ya que produce una lidia breve que no va de acuerdo con su promoción. Y eso mismo hizo desear y reconocer una vez más al toro mexicano creado con cruzas hábilmente realizadas y hay muchos que han llegado a las cuarenta y sesenta embestidas y otros que las han superado notablemente sin decrecer en su pelea. Por eso es que nuestros aficionados y públicos están acostumbrados a faenas largas de parte de los toreros de este lado del mar y hemos visto a varios de aquellos que también se han engolosinado con nuestros toros alargando su desempeño, particularmente en la Plaza México el venezolano Leonardo Benítez quien no hizo caso a los bocinazos, el español Enrique Ponce que sus tardes más plausibles han sido con astados incansables, extraordinarios hasta que a uno de ellos le hizo una labor que llegó a los 17 minutos y no le tocaron avisos porque la concurrencia no se cansaba de aclamar al diestro que perdió el viaje de regreso a Madrid por lo prolongado de su ejercicio que le proporcionó aquel bravo singular. Y hace poco en la recientemente terminada temporada grande en el gran coso de Insurgentes, Arturo Macías se encontró con el toro "Cuatro Caminos" de la ganadería de Xajay al que le bordó una faena sensacional en la que conjugó su emoción con una gran variedad de pases teniendo como principio el repertorio que producen los derechazos y naturales con los que nos hizo recordar épocas pasadas, aquellas en las que el torero se pasaba alegremente el tiempo reglamentario pues estaba profundamente emocionada la nutrida asistencia. No hay, pues, toro como el nuestro y seguramente tendremos una demostración más de su bravura y calidad en la inminente Feria de la hermosa Aguascalientes.

ESTO

 

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