"LA PROHIBICION”
Por Antonio Casanueva
Mucho se ha dicho, insistido y discutido sobre la mala, malísima suerte de nuestro país en cuanto a los personajes que llegaron su primera magistratura, esto debido en parte, a situaciones fortuitas y que gran variedad de personajes que no estaban capacitados para ejercer tan honroso cargo, carecían del deseo, la voluntad y frecuentemente la preparación necesaria para lograr los mejores resultados. Personajes que dadas las circunstancias, por alguna causa llegaron a ostentar tan Altas Investiduras.
Simplemente y sin revisar la historia política de nuestro país, sino solo para ejemplificar, mencionaremos algunos casos inexplicables de nuestra historia; A Agustín de Iturbide, primero en ejercerlo, quien cuando mucho era un militar a quien las circunstancias lo llevaron a tan alto cargo pero que nunca ni por asomo lo había planeado. Otro similar, aunque en años posteriores, fue Don Venustiano Carranza, quien ni siquiera era revolucionario, sino del bando contrario, un hacendado terrateniente en contra de quienes se había iniciado el movimiento revolucionario.
Pues bien, Venustiano Carranza siendo un poderoso terrateniente del norte, llegó a la primera magistratura como quedó expresado en el párrafo anterior, de un país duramente golpeado por guerras intestinas y en donde La Revolución buscaba precisamente por La "TIERRA Y LIBERTAD" para el pueblo que los poderosos terratenientes le habían negado.
Entre sus múltiples desatinos, Venustiano Carranza, en su carácter de jefe del Ejército Constitucionalista, decretó el 7 de Octubre de 1916 la prohibición para celebrar corridas de toros en el Distrito Federal. Sería, me pregunto, que Carranza elaboró y promulgó tal decreto solo para D.F. porque dentro de su brutal ignorancia, el Señor Presidente no alcanzaba a captar que era El Presidente de toda la República o tal vez que su análisis y explicación de motivos, de los que nos ocuparemos mas adelante, solo consideraba nocivas las corridas de toros para los habitantes de El D.F. y no para todos los de toda la república?
Sin duda, a mas de noventa años de ocurrido tan gran desatino, es difícil de entender que en México se pudieran prohibir las Corridas de toros, pues mucho mas difícil e incomprensible lo fue para los aficionados de aquellos tiempos, cuando la Fiesta Brava ocupaba la máxima importancia entre los espectáculos que se brindaban en todo país y principalmente en la capital de la república.
Desglosando algunos aspectos del decreto en cuestión promulgado por el Sr. Presidente Carranza, es posible comprender el móvil o los móviles que lo condujeron a promulgar tal desatino, a continuación el texto del DECRETO:
"Venustiano Carranza, primer jefe del Ejercito constitucionalista, encargado del Poder Ejecutivo de la Nación, en uso de las facultades que me encuentro investido y CONSIDERANDO....Que siendo el deber primordial de todo gobierno asegurar a todos los individuos que forman la colectividad del estado, el goce de los derechos fundamentales, sin los que la sociedad no puede existir, ni llanear debidamente sus fines, también como consecuencia la obligación, de fomentar aquellos usos y costumbres que tiendan a la realización de aquel objeto, sea favoreciendo el desenvolvimiento de la personalidad humana, sea procurando mayor adaptación de las exigencias y necesidades de la época, así como igualmente tiene el deber de contrariar y extirpar aquellos hábitos y tendencias que indudablemente son un obstáculo para la cultura o predisponen al individuo al desorden, despertando en él sentimientos antisociales "
Para continuar el texto del referido Decreto en términos similares para concretar su irreflexivo ataque a la fiesta con los dos párrafos que se transcriben a continuación:
"Que entre esos hábitos, figura en primer término la diversión de los toros , que a la vez que se pone en gravísimo peligro sin la menor necesidad, la vida de un hombre, se causan torturas igualmente sin objeto a seres vivientes que la moral incluye dentro de esfera de protección a la Ley ."
"Que además, la diversión de los toros, provoca sentimientos sanguinarios, los que por desgracia, han sido el baldón de nuestra raza a través de la historia, y en los actuales momentos, un incentivo para la malas pasiones y causa que agrava la miseria de las familias pobres, las que por proporcionarse el placer malsano de un MOMENTO, se quedan sin lo necesario para el sustento de varios días"".
Desde el punto personal de vista para quien esto escribe, es evidente que Carranza, sentía un profundo desprecio sobre el pueblo mexicano, su cultura y sus costumbres y que procediendo de familias acaudaladas del norte del país, su cultura feudal-terrateniente, le hacía considerar al pueblo mexicano en general, poco menos que una horda de salvajes fáciles de manejar y seguir explotando pero al mismo tiempo difíciles de responsabilizarse a si mismos por el sustento de sus familias; como lo expresa en su CONSIDERANDO :
Cabría agregar que el llamado "Varón de 4 Ciénegas", autor del decreto en cuestión, no fue sin embargo, el primero en aplicarlo en nuestro país, sino que cincuenta años antes, El Lic. Benito Juárez el 7 de diciembre de 1867, ya había implementado uno similar.
Antonio Casanueva
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