24 octubre 2008

editorial de TORILES.COM


Por Alfredo FLORES


Como decir que no todo lo que brilla es Oro, pues hay en esta fiesta brava de todo y lo que es peor, enemigos dentro de la misma fiesta. Se sabe que hay problemas entre los mismos toreros y las diversas organizaciones que componen nuestra golpeada fiesta brava, no solo en México, si no en todas partes donde se dan corridas de toros y novilladas, además de festivales y algunas llamadas “pachangas” que desacreditan este medio.

Es Sudamérica la que está sufriendo con amagos de personas que ignoran todo el entorno que hay detrás de una corrida de toros, igual se da en México que en España y en otras latitudes, donde afortunadamente habemos quienes nos enteramos de los renglones torcidos y tratamos de enderezar para el bien de quien nos leen o acuden a interesarse por este espectáculo, que es metido en ocasiones como “deporte” y en otras como arte.

Ninguna de las dos cosas podría encerrar una corrida de toros, pues hay en ella si, mucho de facultades físicas de quienes se enfrentan a los toros, también es arte desarrollado frente a los toros, pero no siempre se realiza con eso que se llama arte y que no muchos toreros, lo pueden realizar.

En ocasiones hay toreros con muchas facultades físicas y llevan a cabo su labor toreando con mucha facilidad, dejando ver que esto podría ser tan fácil, que cualquiera lo desarrollaría sin problema alguno, aunque a la hora de la verdad, quienes tienen mucha facilidad y facultades físicas, no llegan a realizar las suertes y momentos, donde se pueda advertir que hay arte.

Otros en cambio son dueños de un algo especial que les hace sentir y contagiar al público de detalles artísticos, que van más allá de una simple suerte y aflora el sentimiento traducido en Arte. Que son pocos a decir verdad los que realmente nos hacen sentir esto.

Y a que viene el comentario, pues nada que hay quienes sabiéndose dueños de escribir con técnica, con gramática y con reglas para hacerlo en público y ante lectores que creyendo en ellos, se amparan y dicen “sus relativas verdades” del arte del toreo.

Y no se vale que escondidos tras de cátedras de escritura, desorienten a quienes siguen jurando y perjurando, que a los toros se les pone vaselina en los ojos, que se le inyectan alfileres en los cojones, que los provocan en los corrales para que embistan y tantas y tantas tonteras que al paso del tiempo, hay ya quienes se lo creen y lo peor, es que lo difunden en escritos públicos.

Cierto que no hay quien los pueda parar, pues la libertad de expresión será a lo último que ataquemos los taurinos, pero si de apoyar a la fiesta se debe, será y no hay otro camino, que el de estar “Unidos”, a pesar de as diferencias que se tengan, que básicamente son personales y no de otro índole.

Llegará el día que en verdad nos unamos los taurinos para bien de la fiesta ¿?

Ahí queda para ver quien dice. YO.


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